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sábado, septiembre 21, 2024

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Entrevistas políticas

Hacen mal quienes no valoran el periodismo en sus diversos géneros pues dicha actividad es lección viva de lo humano, en sus malos hechos y en los buenos. El género de la Entrevista es una lección de talentos por parte de quien pregunta y por aquél que siendo motivo de la entrevista, llama a saber qué piensa al bote pronto. Las entrevistas de políticos que vienen en las páginas del libro Las grandes entrevistas de la historia, en edición de Christopher Silvester, publicado por Editorial Aguilar en el año 2013, es prueba de ello, cito la que Emil Ludwig hace al dictador José Stalin, entrevistado para la serie Leaders of Europe en el año de 1934. Diez años llevaba en el poder siembre con puño de hierro contra todo aquél que se le cruzaba en el camino en su deseo de ser el autócrata de la Unión Soviética. En ese decenio llevaría a cabo purgas contra pueblos y líderes que en el pasado 1917, habían realizado la revolución más alabada y odiada de que se tenga memoria en el siglo XX.

Algunos datos de José Stalin son citados: Iósef Vissariónovich Stalin (1878-1952), líder de la URSS desde 1924 hasta su muerte, nació en Georgia y era hijo de un zapatero remendón llamado Dzhugashvilli. Fue expulsado del seminario de Teología de Tblisi por haberse unido al Partido Social Democrático (marxista). Las autoridades le enviaron a Siberia, pero escapó y se convirtió en revolucionario profesional, aliándose con Lenin. En 1912 viajo a San Petesburgo y fue elegido  miembro del Comité Central Bolchevique, tras adoptar el nombre de Stalin (que significa “Hombre de hierro”), Fue detenido por sexta vez y enviado de nuevo a Siberia, donde permaneció hasta 1817. Durante la revolución de 1917 se sumó al equipo editorial del periódico del partido, Pravda, y cuando los bolcheviques accedieron al poder aquel mismo año fue nombrado comisario popular de las nacionalidades y miembro del Politburó. Las biografías son siempre enseñanzas vivas para que quien quiera aprender aprenda en cabeza ajena y no la propia como es la regla de los inteligentes. Y es importante atender que muchos de los políticos destacados, para bien o para mal, pasan por la experiencia del periodismo, tal y como sucede con Benito Mussolini que participa dentro del Partido Socialista Italiano como director del periódico Avanti, al cambiar de bando y ser abanderado de las fuerzas de derecha, fundó el periódico Popolo d’Italia el cual a su muerte le sobrevivió. Los periódicos como portavoces de revoluciones, así en México, con el periódico Regeneración de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, y  por eso Lenin daba la mayor importancia, Pravda, significa Chispa. Para hacer la revolución es necesario una chispa que inicie el incendio y la movilización del pueblo.

Emil Ludwig tuvo esa tarea de entrevistar a personajes importantes de su época, la entrevista de Stalin da lecciones sobre cómo pensaba el tirano ruso: No obstante, si tomamos a los campesinos y a los obreros progresistas, el número de los que se muestran escépticos ante el poder soviético, se mantienen en silencio por miedo o esperan el momento de minar el Estado bolchevique no supera el quince por ciento de la gente más o menos activa querría que fuésemos más lejos de lo que pretendemos. A menudo tenemos que ponerles freno. Desearían aplastar los últimos residuos de la intelectualidad, pero no podemos permitirlo. En estas palabras está todo el personaje que habla del terror, el temor o el miedo con que se vivía ya en ese 1934, cuando habían corrido 17 años del inicio de la revolución en 1917. Y sabía que con él, el terror había llegado para quedarse. Lo peor estaría por venir. Y Emil Ludwig sabe que está ante un poderoso hombre que domina gran parte de territorio europeo y asiático. Que vivió constantemente el aislamiento en Siberia y él lo llevó a convertirse en los gulags que describe su paisano Alexander Solyenitsin. Hablarle de León Trotski era darle una bofetada en plena mejilla. Pero él lo resuelve diciendo que de cada 10 obreros nueve ya ni se acordaban del líder que fundó el Ejército rojo.

Los intelectuales es decir para acabar con ellos hay que hacer que artistas, científicos o intelectuales dejen de pensar por sí mismos. El Estado debe pensar por ellos, actuar por ellos, crear por ellos. Por eso se creó el Realismo socialista como regla de creación artística que terminó en un blof hoy olvidado ante la sujeción que se hizo del pensamiento y el espíritu artístico. Los verdaderos artistas tuvieron que exiliarse ante el rigor estalinista en contra de aquellos pequeñoburgueses que se atrevían a crear y pensar por sí mismos. Ajenos al padrecito Stalin que pensaba y decidía cuál era creación apoyada en ideales de obreros y campesinos. La entrevista se llena de la palabra Terror y de manera igual se puede revisar las ideas fijas de Hitler: bolcheviques, judíos, comunistas, raza Aria; o en Mussolini con mayor complejidad, pero igual dejaba atrás los ideales de su padre por el socialismo, y convertía las ideas en motivo de pragmatismo deshonesto: pues las ideas sólo sirven para el fin para el cual son creadas igual por las camisas pardas o negras de la peor época de la humanidad.

Al paso del tiempo, al revisar los periódicos de un siglo atrás se encuentran avisos que en su momento no son tomados en cuenta. Lo notamos en la entrevista: Esto es un vestigio del anterior sistema de clases. Entre las clases medias, por ejemplo, especialmente entre las clases profesionales, existía en cierto modo un temor parecido, porque en el viejo régimen estos últimos disfrutaban de privilegios especiales. Es más, existen comerciantes y cierto sector del campesinado que aún conservan su antiguo afecto por la clase media. El sufrimiento de los llamados pequeñoburgueses o clase media no tuvo fin. El recuerdo de los poetas como Ana Amantova y su vida de intenso sufrimiento bajo el régimen de terror es de recordar. Le dice Emil: —Así que niega usted ser un dictador —dije—. Según mi experiencia, esa táctica es empleada por todos los dictadores. En Europa su imagen es la del zar sanguinario o la del aristócrata saqueador de Georgia. Se echó a reír con buen humor y parpadeó en mi dirección mientras yo continuaba. Las entrevistas que aparecen en este libro son emblemáticas de aquellos tiempos, y esta es una de las grandes cualidades del periodismo, que buena parte de periodistas no llegan a comprender como su cualidad o fortaleza. Que están escribiendo la historia en el presente, pues al revisar las entrevistas de este excelente libro que compila tantas muestras de cuestionamientos llevan a comprender el reciente pasado para los hombres y mujeres contemporáneos. Destaca también en éstas la que le hace el escritor H.G. Wells al propio José Stalin, larga entrevista donde los dos, oponentes al fin, pregunta uno y contesta el otro, en un fenómeno raro y frío de cuestionamientos de Wells con respuestas metódicas de Stalin sin dejar resquicio a una larga entrevista que no merece que se pierda ni un solo párrafo. Contesta sobre el papel de agitaciones sociales por ciertos grupos de lucha obrera, dice José Stalin: —No estoy de acuerdo con usted, Tanto ellos como el movimiento huelguista que organizaron desempeñaron un papel relevante, Obligaron a las clases dirigentes a hacer una serie de concesiones en cuanto al sufragio, a la abolición de las llamadas circunscripciones corruptas y en lo tocante a algunos puntos de la Carta Constitucional. A nivel histórico, desempeñaron un papel nada despreciable, y forzaron a un sector de la clase dirigente a efectuar ciertas concesiones y reformas para prevenir graves conmociones. Generalizando, puede decirse que de entre todas las clases dirigentes, las inglesas, tanto la aristocracia como la burguesía han demostrado ser las más inteligentes, las más flexibles, desde el punto de vista de sus intereses de clase, a la hora de mantenerse en el poder.

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