Isaac Ramírez – enero 07, 2020
Tras el fallecimiento de Jorge Alejandro López Rivas, médico interno de pregrado del Hospital General de Ecatepec «Dr. José María Rodríguez», a causa de complicaciones por COVID-19 y ante una presunta negligencia médica y laboral, la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) decidió retirar a todos sus alumnos y médicos internos de ese nosocomio del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) hasta que se mejoren las condiciones para que realicen su actividad con seguridad, ante el riesgo que prevalece por el contagio de COVID-19.
La directora de la FES Iztacala, María del Coro Arizmendi Arriaga, informó que la decisión se tomó, luego de realizar una revisión minuciosa de las condiciones en que se encontraban los médicos internos de pregrado en dicho nosocomio y luego de sostener tres reuniones con autoridades de la Secretaría de Salud mexiquense, del Hospital General de Ecatepec y con los estudiantes.
Indicó que, a partir de ello, se ordenó también que se lleven a cabo nuevamente revisiones específicas en donde los estudiantes de esta facultad estén prestando sus servicios, para constatar que cuenten con las condiciones sanitarias necesarias y puedan brindar sus servicios de manera segura o, de lo contrario, que sean retirados de inmediato.
Apuntó que el proceso de residencias continúa siendo voluntario para los estudiantes durante la pandemia de COVID-19, por lo que convocó a los alumnos que están prestando sus servicios en alguna institución de salud a denunciar cualquier irregularidad para que ésta se atienda de inmediato y de manera personalizada para evitar que se repitan hechos como el de Jorge Alejandro, con cuya familia se ha establecido contacto para apoyarlos.
La respuesta ocurre, luego de que, a través de un oficio, los médicos internos de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala informaran que se mantendrán en paro de labores hasta que la Dirección General del Hospital General de Ecatepec atiendan el pliego petitorio de éstos, en los que solicitan equipo de protección personal y el equipo mínimo indispensables como cubrebocas N95, guantes, gasas, torundas, jeringas y jabones, entre otras, toda vez que han realizado su labor sin contar con estos aditamentos, lo cual los pone en riesgo como ocurrió con Alejandro López Rivas.
Asimismo, solicitaron contar con la atención médica y el tratamiento indispensable para estos médicos y sus familias, sin trabas, excusas y cumpliendo la norma sanitaria NOM-234-SSA1-2003, además de poder acceder al esquema completo de la vacuna contra el COVID-19 lo antes posible, al ser personal que se encuentra en la primera línea de atención o que están expuestos a áreas de alto riesgo como las Salas de choque, Triage respiratorio, Urgencias y Medicina Interna, al tiempo en que pidieron ser valorados por profesionales médicos que estén capacitados y certificados ante este virus.
Por otro lado, exigieron la aplicación de pruebas PCR en esta unidad médica, la limpieza y desinfección de áreas comunes y el no tomar represalias por parte de ningún directivo o trabajador en contra de estos médicos internos, pues se trata de acciones que solo privilegian su vida ante el contacto latente con enfermos de COVID-19.
El pasado lunes 04 de enero, falleció Jorge Alejandro López Rivas, médico interno de pregrado de este hospital y estudiante de la FES Iztacala, debido a complicaciones del COVID-19, que no fueron atendidas oportunamente desde el pasado 12 de diciembre y a quien habrían hecho laborar hasta el 18 de diciembre, pese a que justificó los síntomas propios de esta enfermedad.
Y es que, de acuerdo con sus compañeros, Alejandro López, habría atendido y brindado reanimación a pacientes graves de este virus en la Sala de Urgencias de este nosocomio, sin contar con el equipo médico indispensable y por instrucciones de sus superiores, lo que ocasionó que el pasado 12 de diciembre presentara síntomas como diarrea, cefalea y mialgias, entre otros, y pese a ello, fue obligado a laborar.
El 15 de ese mes ingresó al Triage Respiratorio de ese mismo Hospital General; sin embargo, se reportó que no presentaba dificultad respiratoria, afebril y sin síntomas de neumonía, por lo que se le pidió que se quedara de guardia, pues «no se veía tan mal», lo que ocasionó que el día 18 empeora su estado de salud con disnea, lo cual fue reportado al Servicio de Urgencias Epidemiológicas y Enseñanza, quien justificó que no podía ausentarse hasta en tanto no se tuvieran los resultados de la prueba PCR, que le había sido tomada tres días antes o, de lo contrario, se tomaría como inasistencia e incumplimiento de su labor.
Más tarde, el 21 de diciembre tuvo que acudir a un servicio privado, donde se reportó que estaba suturando al 79 por ciento, sin oxígeno complementario, lo cual bajó hasta 65 por ciento en los siguientes días.
El 04 de enero, alrededor de las 17:00 horas ingresó al Área de Choque de este nosocomio, donde fue reanimado por 40 minutos, pero, posteriormente, se decretó su muerte. Pese a ello, el nosocomio, no ha tenido contacto con su familia hasta ahora.
Por su parte, la Secretaría de Salud del Estado de México aseveró que todo el personal tiene garantizado el diagnóstico y atención médica por esta enfermedad.
A solicitud de Hoy Estado de México, el Instituto de Salud aseveró que, en el caso de Jorge Alejandro López, se le aplicó el pasado 15 de diciembre la prueba de PCR; no obstante, dio negativo en ésta, pero confirmó que el 04 de enero arribó a este nosocomio bajo condiciones de deterioro avanzado y saturando al 60 por ciento, por lo que entró en choque que requirieron maniobras de reanimación, la cual se logró, pero, a las 17:40 horas, se decretó su muerte.
Detalló que el médico interno de pregrado, adscrito a la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no laboraba en el Área COVID de dicho hospital y sus funciones no estaban dentro de los protocolos a pacientes infectados por este virus, e incluso, agregó que los alumnos tienen restricción en las maniobras de reanimación cardiopulmonar, por lo que no están expuestos a los aerosoles de los pacientes con el SARS-Cov2.
«Al personal que solicita el diagnóstico, accede a dicho servicio, se respetan las incapacidades y se expiden dictámenes de vulnerabilidad, de acuerdo con los criterios publicados en la Gaceta Oficial del 03 de agosto de 2019», sostuvo.
Por otro lado, aseveró que los médicos de pregrado sí están considerados dentro de la primera fase de vacunación contra el COVID-19 y descartó que sus jornadas de guardia no superan las 24 horas.