El fin último de las imágenes utilizadas con fines políticos no está relacionado con la estética y sí con el poder, sostuvo la alumna de la Maestría en Estudios Visuales de la Universidad Autónoma del Estado de México, Gloria Verónica Calvo Guzmán.

Al dictar la conferencia en línea “Las imágenes en los procesos políticos como fuerzas simbólicas para la persuasión y manipulación colectiva”, en el marco del XIII coloquio de este programa académico ofertado por la Facultad de Artes, enfatizó que el poder radica en la capacidad de pocas personas para persuadir las decisiones de las mayorías.

Asimismo, expresó que las autoridades se han introducido al mundo visual, el cual les ha servido como recurso y herramienta para poder acceder al poder, competir por él, ejercerlo, conservarlo y legitimarlo.

Calvo Guzmán mencionó que en todas las épocas los políticos y los Estados han creado su propia propaganda; sin embargo, lo visual ya no tiene la función de ilustración como lo era antes de la Primera Guerra Mundial. La imagen política debe ser usada de manera estratégica, oportuna y eficiente; su calidad otorga poder, influencia y legitimidad.

La especialista manifestó que la propaganda tiene un aspecto siniestro, ya que contiene herramientas de persuasión, intimidación y engaño ligadas a las luchas ideológicas.

Detalló que la propaganda nazi creó una imagen paternalista y hogareña de Adolfo Hitler, al tiempo que hizo una imagen inferior del judío, el cual fue visto como el enemigo, responsable de la crisis económica y la debilidad alemana.

La propaganda alemana, afirmó, expuso ideas para convencer que la guerra era la solución a los problemas mundiales. “Fue una guerra ideológica donde los medios de comunicación masiva fueron protagonistas”.

Los temas que más abordó la propaganda nazi en carteles o el cine fueron protección civil, bonos de guerra, victorias, empoderamiento de las mujeres y los escenarios antisemitas, finalizó Gloria Verónica Calvo Guzmán.