Sin duda, el 2020 ha sido un año difícil para casi todos debido a la pandemia ocasionada por el coronavirus que, hasta el momento, ha cobrado la muerte de más de un millón y medio de personas en el mundo.
Las distintas medidas de contención contra el virus, si bien han reducido la huella de carbono mundial (14.5% menos respecto a 2019), según Earth Overshoot Day, han provocado también un disparo en el consumo en general y en la producción de plásticos. Se calcula que ¾ partes de estos terminarán en vertederos y mares.
En ese sentido, la pandemia también nos ha dado la oportunidad de repensar tanto los aspectos de nuestra vida cotidiana —sanitarios, laborales, económicos, recreativos, de cuidados— como la forma en la que los resolvemos cotidianamente.
Las prácticas que fomentan el consumo responsable son opciones que apuestan por un ejercicio más consciente en nuestra faceta como consumidores. Estas tienden a preferir artículos que vengan de procesos de producción respetuosos con el ambiente, así como con las y los trabajadores involucrados.
Estimado lector, estoy consciente que los propósitos de Año Nuevo tienen algo de utopía y muchas veces se quedan en ideas que nunca se aplican. Por eso es que comparto algunos objetivos sencillos, pero de gran impacto, para poner en práctica.
Antes que nada, conoce tu localidad, ya que para lograr un futuro más verde es indispensable que conozcas el lugar donde vives, pues así podrás emprender otras acciones que apuesten al consumo responsable y a la economía solidaria. A veces no sabemos qué opciones, como mercados, tenemos cerca de nosotros.
También puedes elaborar tu propio directorio, date un tiempo y elabora un directorio de los productos y servicios que ofrecen los comercios que te rodean. Puedes empezar con uno o dos muy cercanos: tal vez la clásica tiendita de la esquina o la ferretería con el rótulo enorme, y poco a poco ir incorporando otros negocios locales.
Sigue consumiendo lo local, consumir productos locales, especialmente alimenticios, aporta grandes beneficios. Una de las ventajas es la disminución de los gases de efecto invernadero, ya que si se reduce la distancia que recorre el producto hasta llegar a tus manos, también disminuye la cantidad de gasolina utilizada.
Apuesta por bazares y ropa de segunda mano, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la industria de la fast fashion produce el 20% de las aguas residuales y el 10% de las emisiones de carbono a nivel mundial. Estos porcentajes son superiores a los de los vuelos internacionales y el transporte marítimo ¡combinados! Por eso te recomendamos evitar prendas fast fashion lo más que puedas.
Finalmente, deja la carne, eliminarla de tu consumo tiene un impacto positivo para tu salud y el ambiente. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha calculado que la industria ganadera es responsable de alrededor de 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero ante todo cuestiona y razona sobre tus hábitos con miras a evolucionar en tu estilo de vida,el 2021 será un año clave para el mundo, pues significa el inicio del fin de una pandemia devastadora. A la par de la recuperación económica mundial, ¡también podemos ser parte del cambio al dirigir nuestras acciones hacia un consumo sostenible!