(NOTICIAS YA).- Una mujer de Inglaterra mantuvo a su hija sana en silla de ruedas y medicada por al menos seis años, tiempo en que la sometió a tratamientos innecesarios tras mentirle a médicos sobre los síntomas.
Varios medios británicos han revelado detalles de la escalofriante historia registrada en Londres, dada a conocer por las autoridades esta semana y que empezó a investigarse desde 2018.
De acuerdo con los reportes, la madre inventó y exageró síntomas para convencer a los médicos de que su hija estaba discapacitada y necesitaba una silla de ruedas, alimentación artificial y medicamentos para prevenir ataques epilépticos.
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La jueza del caso destacó que la madre empezó a inventar y exagerar los síntomas de su hija en 2012.
La niña, que ahora tiene 12 años, fue sometida a un tratamiento médico que las autoridades calificaron como “excesivo” e “innecesario”, que además se extendió por años y pudo causarle daños irreversibles.
Tras las consultas médicas, la pequeña empezó a consumir medicamentos que no le habrían sido recetados de no ser por las afirmaciones de su madre, fue a la escuela en silla de ruedas y hasta llegó a ser alimentada artificialmente.
Los informes detallan que la niña presentó convulsiones durante sus primeros años de vida, y los abogados han alegado que esa preocupación llevó a la mujer a sentir “una ansiedad legítima”, según detalla el Mirror.
Sin embargo, la jueza señaló que el comportamiento de la mujer fue “mucho más allá” de todo lo razonable, aunque reconoció que esa “preocupación” pudo influir en “interpretar en exceso” los síntomas de su hija.
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La mujer se declaró inocente de las acusaciones, pero la jueza falló en su contra tras dictaminar que la niña sufrió un “daño significativo” como consecuencia de las acciones de su madre.
Especialistas visitados por la niña y su madre empezaron a sospechar de los diagnósticos previos en 2018, luego de eso las autoridades se involucraron en el caso.
La niña fue retirada del cuidado de su madre en 2019 y durante varios meses fue evaluada por especialistas, hasta que confirmaron que no estaba tan enferma como ella aseguraba.
“Rápidamente quedó claro que es una niña muy normal”, destacó la jueza, aclarando que no tiene un diagnóstico de epilepsia activa y ningún rasgo de autismo. Contrario a eso, la pequeña fue descrita como “bastante normal y enérgica”.
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Por lo pronto, la niña permanece temporalmente con algunos familiares en lo que las autoridades determinan quién se hará cargo de sus cuidados a largo plazo.
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