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—No se me acerquen –se les escuchó gritar.
Era demasiado tarde para ellos, su corazón dejó de latir.
En medio de la tragedia, no todo estaba perdido, aún estaban a tiempo de salvar a los otros ciudadanos.
—Al presidente lo mató el Covid-19 -explotó la noticia en el rostro de los consejeros electorales del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y del Instituto Nacional Electoral (INE).
—Al presidente lo mató el Covid-19 –sonó estruendosa la información que ensordeció a dirigentes de todos los partidos políticos.
A Pedro Zamudio Godínez –Presidente del IEEM– y a Enrique Vargas Yáñez –Presidente del Comité Municipal del PRI en Naucalpan de Juárez, Estado de México- a los dos los venció el virus que con cada muerte corona su letalidad, el coronavirus.
Doloroso y triste, que en paz descansen ambos. Pero su memoria debe ser honrada.
Los consejeros y representantes de los partidos políticos en el IEEM y en el INE no tienen derecho a descansar, deben moverse rápido para evitar que las actividades electorales cobren más vidas.
Debemos actualizar la aplicación informática para que el ciudadano firme su apoyo en la intimidad del hogar, en la cocina, en la sala o en la recámara de su casa, para que cada ciudadano firme, a la hora que quiera y dentro de los días establecidos, firme de manera independiente y libre ingresando desde su celular, tableta, laptop o computadora de escritorio al programa de recolección de firmas para manifestar su conformidad con algún aspirante a candidatura independiente.
Bajo el sistema informático actual se corren muchos riesgos de contagio porque contiene varios movimientos donde se comparten credenciales y celulares entre los participantes del procedimiento de recolección de firmas. Por ejemplo, en un municipio como Toluca, un aspirante independiente que desee asegurar 30 mil firmas efectivas, necesitará entrar en contacto con 120 mil potenciales firmantes independentistas mediante la colaboración de 912 voluntarios distribuidos en 304 secciones electorales. Es decir, 912 personas corren el riesgo de ser contagiadas por 120 mil habitantes o esos 120 mil electores pueden contagiar a todos o algunos de los 912 voluntarios.
En consecuencia, al actualizar la aplicación informática podemos salvar a los ciudadanos que quieren participar dando su firma a favor de algún aspirante independiente y proteger, al mismo tiempo a los voluntarios ciudadanos.
Es claro, que en la movilización para la recolección de firmas para apoyar las aspiraciones ciudadanas es donde hay mayor riesgo de contagio porque en los partidos políticos no tienen necesidad de consultar a los ciudadanos, sus candidatos saldrán por métodos tradicionales de amiguismo y compadrazgo, cacicazgo, dedazo, componendas y reparto de cuotas entre élites partidarias.
Llegó la hora de explorar todas las posibilidades de la digitalización y la portabilidad tecnológica aplicada a los procesos electorales democráticos de México.
Si pensaban que el INE y el IEEM llegaron a la cima en la construcción democrática de México, el Covid-19 les pone nuevamente a prueba y es obligado que esa prueba y de paso, se hagan la prueba del Covid-19.
