El ReinoUnido autorizó el miércoles el uso de la vacuna del COVID-19 desarrollada por AstraZeneca-Oxford, con la que la espera acelerar considerablemente su lucha contra la pandemia, disparada en el país desde la aparición de una nueva cepa mucho más contagiosa.
Primer país del mundo que aprueba esta vacuna, el Reino Unido registró el martes un récord de 53 mil 135 nuevos casos de coronavirus y más de 21 mil 500 hospitalizaciones en Inglaterra, superando el máximo de 19 mil alcanzado en el peor momento de la primera ola en abril.
Con 414 nuevas muertes registradas en 24 horas, el balance total asciende 71 mil 567, uno de los peores de Europa.
Sospechando que esta disparada se debe a la nueva cepa descubierta hace diez días, entre 40% y 70% más transmisible que las anteriores según científicos del país, el gobierno de Boris Johnson está bajo fuerte presión para introducir más restricciones, que podrían incluir retrasar la vuelta a las escuelas tras las vacaciones de fin de año.
Casi la mitad de la población de Inglaterra está ya confinada por tercera vez, con comercios no esenciales, restaurantes, cines o museos de nuevo cerrados.
En este contexto, la autorización dada por la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) a la vacuna desarrollada por el laboratorio británico AstraZeneca con los científicos de la Universidad de Oxford llegó como un balón de oxígeno.
Esta luz verde “llega tras rigurosos ensayos clínicos y un análisis exhaustivo de los datos por parte de los expertos”, anunció el Ministerio de Sanidad.
Los científicos que asesoran al ejecutivo explicaron después en rueda de prensa que la vacuna ofrece protección a partir de 22 días después de la primera inyección y durante al menos tres meses.
Pese a que durante los ensayos clínicos pareció que una administración accidental de media dosis seguida de una dosis completa ofrecía mayor eficacia, finalmente la versión aprobada prevé la inyección de dos vacunas completas.
El jefe del proyecto, el profesor Andrew Pollard, aseguró a la BBC que disponen de “datos muy sólidos” para respaldar este método y que no hay “ninguna evidencia” de que la vacuna sea menos eficaz contra la nueva variante del coronavirus.
Mucho más barata y fácil de administrar que la de Pfizer-BioNTech –la única aprobada en el ReinoUnido hasta ahora– porque puede conservarse a una temperatura de entre 2ºC y 8ºC en lugar de a -70ºC, esta vacuna era la gran esperanza de las autoridades británicas que habían adquirido por adelantado 100 millones de dosis.
Empezará a administrarse el 4 de enero, dando un fuerte acelerón a la campaña iniciada el 8 de diciembre gracias a la vacuna anterior que el ReinoUnido también había sido el primer país del mundo en aprobar.
Más de 800 mil personas ya fueron vacunadas y las primeras de ellas, encabezadas por la abuela Maggie Keenan, de 91 años, recibieron el martes su segunda dosis.
Para Johnson, muy criticado por su gestión de la crisis sanitaria, la aprobación de esta vacuna es un “triunfo de la ciencia británica”. “Ahora vamos a vacunar a tantas personas como sea posible tan pronto como sea posible”, agregó el primer ministro en Twitter.
Para llegar a una población lo más amplia posible, las autoridades británicas decidieron espaciar considerablemente, hasta 12 semanas en lugar de las 3 inicialmente previstas, la administración de las dos dosis necesarias.
“Los científicos y los reguladores han revisado los datos y han concluido que obtendremos una ‘protección muy efectiva’ desde la primera dosis”, aseguró el ministro de Sanidad, Matt Hancock, al canal Sky News.
Según los contratos suscritos con los fabricantes desde la fase de ensayos clínicos, el ReinoUnido, con una población de 66 millones de personas, debería haber recibido un total de 350 millones de estas vacunas a finales de 2021.