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NUNCA DIGAS NUNCA

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NUNCA DIGAS NUNCA

El verdadero motivo de la navidad

 

Justo cuando parece que no llegará, llega; en el momento menos esperado, ¡voila! encuentras lo que tanto buscabas.

En ocasiones la noche nos parece tan larga, tan oscura y tan fría, que quisiéramos adelantar el tiempo y ver la luz del día nuevamente, sentir el calor del sol, experimentar la calma que tanto anhelamos.

Soy el mayor de 4 hermanos y una hermana, cuando mis hermanos y yo éramos niños, probablemente entre los 5 y los 8 años de edad, mi papá solía levantarnos muy de madrugada los sábados, para llevarnos a la cima de un cerro que estaba cerca de donde vivíamos.

En aquel entonces, para nosotros, aquella, era una gran aventura, desde el mismo momento en que salíamos de casa, mi padre, nos contaba historias que francamente, ahora que lo pienso ya de grande, muchas de ellas las inventaba en el camino, pero lo hacía de tal forma, que nos envolvía a los cuatro en la historia de tal forma, que nos sentíamos parte de ella (aclaro, que en ese tiempo, mi hermana aun no nacía).

Mientras subíamos aquel cerro, cantábamos lo que nos venía a la mente, desde aquella canción que dice: One Little two, Little three, Little indians… hasta aquella otra que dice: Había una mosca parada en la pared, en la pared, en la pared… ¡Oh sí…! con todas las vocales la cantábamos, todo aquello era parte de la aventura en aquel ascenso al cerro.

Cuando al fin llegábamos a la cima, rápidamente preparábamos una pequeña fogata, sacábamos bombones y salchichas y los asábamos, mientras tanto, muy emocionados esperábamos que despuntará el alba, ese era el momento más significativo de la noche, los cinco anhelábamos ese momento, impacientes esperábamos el suceso, cuando finalmente el sol llegaba.

Recuerdo claramente la sensación que provocaba, justo antes de su aparición en escena, un frío intenso nos envolvía, los matices de la noche se acentuaban, un silencio que todo cubría se hacía presente, los cinco nos tomábamos de las manos y con solícito desvelo, muy atentos para no perder detalle, apuntábamos nuestras miradas al cielo frente a nosotros. En tan sólo unos segundos, de pronto justo ahí, el astro majestuoso reluciendo sin igual, nos daba los buenos días y nos hacía sonreír.

Así es, cuando la noche parece más larga, más profunda, más oscura, justo cuando piensas que el día no llegará, este llega, con un astro reluciente a la cabeza anunciando un nuevo episodio en tu vida, dejándote ver que, delante de ti, grandes oportunidades están por ser reveladas, nuevos caminos son expuestos en el momento correcto, para ser transitados.

Una vez más, se termina el año, tal vez para muchos no con regalos, pero… Nunca digas nunca; Cuando las cosas se tornan difíciles y justo ahora que más lo necesitas, antes del cierre del año como siempre, llega la navidad, que nos recuerda que no todo está mal, por el contrario, más allá de los regalos, de las fiestas y las piñatas, aún existe la fe, que da esperanza a los hombres de buena voluntad, vuelve tu rostro hacia un lado y hacia el otro, aun estas aquí y eso significa posibilidad.

Llegar y disfrutar de la paz, ese es el verdadero sentido de estas fechas, sueños y aventuras, alegría, perdón y sosiego y la oportunidad de subir a la cima, esperar y ver llegar un nuevo día, el anuncio de gracia para tu vida.

“Este mes encierra cantidad de cosas maravillosas; recuerdos, anhelos, sueños, encuentros, suspiros, enormes dosis de cariño y buenos deseos, familia, amores, viejos y nuevos, en fin, es sin lugar a duda, un mes especial.

Quiero anticipar muchos abrazos sinceros, llenos de cariño y alegría para todos.

Junto con mi familia, agradezco el amor de tantos que nos han rodeado con su calor y afecto, pero más aún, pedimos a Dios, que éste no sea un diciembre cualquiera, que la Navidad, revele a nosotros, el verdadero festejo.

Cristo Jesús vino para darnos el mayor de todos los regalos. Su amor perfecto y su misericordia. La capacidad de amar, perdonar, despertar cada mañana llenos de esperanza y consuelo.

Esta será sin lugar a duda, una Navidad diferente, nos vemos en la necesidad de modificar nuestro festejo, debido a los sucesos actuales, probablemente el reto ahora sea, sabernos con salud, entender que muchos no gozan de ella y entender que, el verdadero festejo es entonces, saber que Jesucristo nació, y que nuestras vidas están ahora mismo en sus manos, si así lo permitimos y él traerá a nosotros, la paz necesaria para festejar con motivos verdaderos y ciertos.

Con honestidad propón en tu corazón encontrar ese amor perfecto y permite que Dios haga nuevas todas las cosas, para ti y tu familia.

Que nuestro Señor Jesucristo, el verdadero motivo de la Navidad, les bendiga abundantemente y los colme de bendiciones. Amén.