Un equipo de astrónomos ha detectado una intrigante señal de radio que se origina en Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro planeta. De hecho, la señal parece provenir de uno de sus planetas y es lo bastante inusual como para que se haya clasificado como posible señal extraterrestre.
La historia es tan emocionante que parece de película. La señal solo se ha detectado en una ocasión. Se trata de un haz muy estrecho en la frecuencia de 982.001 MHz y sufrió una leve variación durante la transmisión. Esa variación encaja con la idea de que la señal provino de alguno de los planetas de Próxima b. El sistema tiene dos exoplanetas conocidos. Proxima Centauri b es un planeta rocoso un 17% más grande que la Tierra y encima situado en la zona de habitabilidad de su estrella. De Próxima Centauri c no sabemos mucho. Por los datos que se conocen podría ser una supertierra o un planeta gaseoso muy pequeño al estilo de Neptuno.
No hay manera de saber el punto exacto del que proviene la señal. Tan solo se sospecha que procede de uno de los planetas por la variación durante la transmisión. El equipo del telescopio Parkes en Australia que captó la señal ni siquiera fue consciente de ello. La señal formaba parte de un montón de datos sobre Próxima Centauri que los astrónomos estaban recopilando en mayo de 2019 en busca de llamaradas solares en su estrella. Sin embargo, el observatorio pertenece al programa Breakthough Listen de búsqueda de inteligencia extraterrestre, por lo que acabaron sobre la mesa de Shane Smith, un becario del programa SETI en la Universidad de Berkeley. Fue Smith el que llamó la atención sobre la señal más de un año después de su recepción.
El programa de búsqueda de inteligencia extraterrestre Breakthrough Listen ha bautizado la señal como BLC-1 (Breakthrough Listen Candidate-1) y sí. Se trata del primer candidato en la historia del programa desde que se puso en marcha en 2015.
Vaya por delante que ni los responsables del programa creen que la señal provenga de una civilización extraterrestre. “No son extraterrestres en un 99,9%”, matiza el director del programa Breakthrough Listen, Pete Worden a SciAm. ¿Por qué molestarse en investigarla entonces? La razón es porque, aunque no sean el contacto que llevan una década esperando, la BLC-1 no tiene explicación, y eso la convierte es un excelente ejercicio de simulacro para afinar los instrumentos de cara a futuras señales más interesantes.
Hay muchas razones por las que BLC-1 probablemente no tenga que ver con extraterrestres. La primera es que la señal en sí es monótona. Es de esperar que una señal proveniente de otra civilización tenga algún tipo de estructura o variación que indique un mensaje, no un simple pitido continuo.