25.1 C
Mexico
viernes, septiembre 20, 2024

Buy now

Querida última columna del 2020…

Bienvenido el final del año, esta es la última columna del 2020, les escribo con los pies helados y las piernas cruzadas, a mí el frío me hace pensar, el frío siempre me ayuda a enfriar la furia y a diluir mis preocupaciones, en las noches pienso más, dejo atrás. más lento, como si se aproximara un final de novela, como los de las temporadas de Game of Thrones.

Qué maravilla la gente, hace poco escuché a alguien decir que le gusta la gente, verla, escucharla y entenderla, ¿vaya enfermedad no?, a mí me gusta mucho escuchar y ver, pero casi siempre busco un algo en el que me pueda sentir mínimamente identificada, aunque sea en cosas pequeñas como, gente que me cae bien porque usa lentes, o gente que me cae bien porque ordena sus cajones de cubiertos como yo, es sencillo sentirse atraído a alguien por mera curiosidad.

Anoche, mi esposo y yo, platicamos de nuestras vidas pasadas, bueno más bien, hablé más yo, le platiqué más a fondo de mis ex novios, de mi vida amorosa antes de él, mis amores antiguos, lo mucho que crecí con cada uno, le daba risa nerviosa cuando de mi boca salían las palabras me gustaba, la pasamos chido,  y yo le decía que es porque las cosas cuando las sentimos nuestras, nos cuesta saber que son cosas en sí mismas, así como las parejas, se nos olvida que son ajenas a nosotros, que si bien han compartido parte de la vida, tienes otra vida, de la cual sabemos poco y tocamos menos.

Sentíamos cómo la vida y cada una de nuestras parejas anteriores nos llevaron por un hilo transparente hasta llegar a lo que ahora conocemos como amor de mis amores, porque cuando eres joven la sociedad invalida lo que para ti es amor, pero sin dudas siempre sentí amor, enamoramiento, gusto, deseo y hasta un crush, qué fantasía poder sentir todo a la vez y poder regresar el tiempo, a cuando quería salir corriendo de esa fiesta, cuando me vestía fuera de mí para que los amigos me aprobaran, a cuando mi mamá me regañó porque el pretendiente llegó en fachas por mí.

Así anoche, se nos fueron las horas en espera del sueño… se me fue el 2020, tan pronto, tan fuerte, no le reprocho nada, me vengo a enterar de que al final sí me trajo cosas lindas, me enseñó a disfrutar mi lado de la cama, lo frío del vodka, los viernes y el encanto de leer mis correos uno a uno, sin eliminarlo sólo porque se acumularon mucho, me enseñó también a darle play a una playlist viejita, sin tener que apurar a comenzar una nueva, a redescubrir mi amor por mi casa y el encanto que tienen las tardes sin pendientes.

Seamos honestos y saquemos nuestras brujas a pelear, como los pokemones, mis brujas mutaron también este año, se dejaron guiar por las lunas, cambiaron sus túnicas por tul brillante y desempolvaron groserías guardadas para las juntas machistas en la oficina.

Este año más que nunca me pegó mucho el sentirme gastada, como las gomas de borrar de animalitos que mi mamá me compraba en la papelería, esa goma que es tu favorita, pero la usas por todos lados, hasta que al centro te queda la poca silueta de lo que alguna vez fue.

Gracias por leerme un año más, menos constante, pero más presente, seguiré escribiendo entradas a esta querida columna mía, que espero nunca deje de existir, porque para quienes no me conocen en la vida real esto serviría de biografía no autorizada…  les quiero

Ce

Related Articles

Stay Connected

0FansLike
0FollowersFollow
0SubscribersSubscribe
- Advertisement -spot_img

Latest Articles