(NOTICIAS YA).- Aquellos estados que levantaron las prohibiciones de desalojar a personas de sus hogares durante la pandemia habrían registrado aproximadamente 433 mil 700 contagios y unas 10 mil 700 muertes más por el virus.
De acuerdo con un extenso reporte de Vox, Kathryn Leifheit, investigadora de la Escuela de Salud Pública Fielding de UCLA, y su equipo de investigación encontraron una asociación entre el aumento del número de casos y muertes por COVID-19 y los estados que levantaron las moratorias de desalojo.
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El documento, que aún no ha sido revisado por pares, se publicó el 30 de noviembre, un mes antes de que la moratoria nacional de desalojos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) caduque en la víspera de Año Nuevo.
Se trata de un primer intento de cuantificar el costo humano de permitir que las familias pierdan sus hogares a medida que avanza la pandemia. Varios estados también tienen moratorias que expiran durante el invierno, a menos que sus líderes decidan conservarlas.
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La situación es espantosa, vaticina Vox: se avecina una posible ola de desalojos, y hasta 40 millones de estadounidenses podrían ser afectados en los próximos meses. Algunos informes recientes indican que el Congreso podría incluir una moratoria federal de desalojos en un paquete de estímulo antes de fin de año, pero no es seguro.
Cabe destacar que Leifheit y su equipo no fueron los primeros en estudiar la asociación entre los desalojos y la transmisión de COVID-19. En un estudio enviado al Journal of Urban Health, Emily Benfer y sus coautores escriben que “es probable que el desalojo aumente las tasas de infección por COVID-19 porque genera entornos de vida superpoblados, transitoriedad, acceso limitado a la atención médica y disminución de la capacidad para cumplir con las estrategias de mitigación de la pandemia (por ejemplo, distanciamiento social, autocuarentena y prácticas de higiene)”.
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Detener los desalojos es fácil, propone el reportaje de Vox: el Congreso podría decidir dar dinero a la gente, por ejemplo, mediante más pagos de estímulo, y mantener la moratoria de desalojos hasta que haya una aplicación generalizada de la vacuna.
Cabe recordar que los estados pueden tener un impacto independiente en la prevención de desalojos y potencialmente en la reducción de casos y muertes al extender sus propias moratorias.
Leifheit, por su parte, recomendó que regulaciones de desalojo más estrictas, aquellas que prohíban a los propietarios incluso comenzar el proceso de desalojo, probablemente tendrían un mayor impacto en la reducción de casos y muertes por COVID-19.
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