La frase
El dilema entre salvar vidas o salvar la economía es un falso dilema, porque hay que hacer todo lo posible por proteger y salvar vidas primero y, si tenemos éxito, eso ayudará a atenuar los efectos económicos de la pandemia,
JOSE ANGEL GURRIA
EL DETALLE: Es la tercera vez que un mexicano ganó el primer lugar en una carrera de F1, primero fue Pedro Rodríguez en Sudáfrica en 1967, la segunda también Pedro Rodríguez pero en el Gran Premio de Bélgica en el circuito de Francorchamps. Ayer se volvió a repetir la historia con Sergio “Checo” Pérez en el Gran Premio de Sakir.
ENCUENTRO DE CARICATURA
En el encuentro Internacional de Caricatura e historieta en la FIL de Guadalajara, María Guadarrama recordó la lógica de los algoritmos de las redes sociales, que buscan que los usuarios mantengan esta dinámica de fomentar la interacción por el interés tecnológico.
“Desde que inició la pandemia hubo un estrés del Internet. En cuanto declaraban cuarentena al día siguiente había un montón de likes, la gente compraba más en línea; las redes sociales se convirtieron en un mercado enorme”, explicó. Indicó que en el documental de The social dilemma (que se puede ver en Netflix) explican cómo las empresas de redes sociales fomentan cierta inercia para que los mismos usuarios ataquen a otro por publicar algo con lo que se está en desacuerdo.
“Sientes que esa persona está atacando tu identidad y enseguida atacas y cancelas. (Durante la pandemia) me encontré atacada como creadora, y también me encontré atacando en esta constante redefinición de lo que soy”, explicó. Sin embargo, se dijo favorecida como caricaturista en el entorno virtual. “Siento que mi voz es más fuerte por redes sociales”, aunque ahora se requiere más humanización, consideró.
Gonzalo Rocha prefirió que “uno como caricaturista no debería darle tanto peso a las peleas y ataques en redes sociales” por los trabajos que se presentan. Remitió a Julio Scherer, cuando decía que Rogelio Naranjo “era hombre de batallas solitarias, y muchos de las y los caricaturistas somos eso porque todos los días nos echamos una batalla al hacer un cartón, que lleva horas de concentración y preparación; es un producto que no nos sale en espontáneo, sino que requiere trabajo y lo hacemos de la mejor manera, lo cuidamos todo y se publica”.
“Entonces, por qué estar tan al tanto de lo que opina la gente en el Twitter; digo, a mí no me importa, esto (la caricatura) es lo mejor que yo puedo hacer, si no gusta, pues que no le den like o que digan lo que quieran”, argumentó.
Rehúyen Partidos a Selección Democrática de sus Candidatos
Todos los partidos políticos, sin excepción, le rehúyen a la selección democrática de sus candidatos para la elección intermedia del 2021, y prefieren acomodar sus decisiones a maniobras controladas por los líderes formales o “morales”, lo cual sin duda les favorece en el control de piezas afines, pero les resta fortaleza de representación social y credibilidad ante el electorado. Para la oposición no bastará con acordar alianzas multipartistas, ni para Morena imponer candidatos.
En un momento en que el sistema de partidos políticos está viviendo una de las peores crisis de credibilidad en México y, por supuesto, los propios partidos políticos, precisamente a causa de la falta de métodos democráticos en sus vidas institucionales, es cuando tendrían que abrirse a la participación ciudadanía en la selección de quienes habrán de ser los abanderados en una elección tan decisiva para la vida democrática del país.
La elección del 6 de junio del 2021 tendrá en disputa 15 gubernaturas, la Cámara de Diputados Federal, así como la renovación de congresos locales y ayuntamientos, pero sobre todo la oportunidad para que el partido en el poder, Morena, y el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador se erijan como el poder absoluto en México; o bien, para que los partidos de oposición les resten posiciones y el país retorne al equilibrio de poderes.
Una vez que han optado por métodos controlados para la selección de candidatos, los partidos políticos están mayormente obligados a depurar con toda seriedad las listas de aspirantes y limitarlas realmente a quienes en verdad acrediten militancia partidista, experiencia política, vocación de servicio, pero sobre todo, capacidad para desempeñar profesionalmente el cargo al que aspiran, además de probada honorabilidad, actualmente tan cuestionada a los políticos de todas las ideologías.
Los perfiles profesionales y de calidad moral de los candidatos, serán determinantes en el éxito que puedan tener en una contienda electoral que seguirá marcada por la ola invasora del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sigue empeñado en hacerse del poder absoluto en México.
A seis meses de esa jornada comicial que determinará el rumbo democrático, político y económico que seguirá México para el resto del presente siglo: el de la concentración absoluta del poder en la figura presidencial, o el de la consolidación de la pluralidad democrática en Federación, Estados y municipios.
Para los partidos opositores a Morena no será nada fácil cerrarle el paso a la racha triunfadora bajo el estandarte de Andrés Manuel López Obras, a pesar de los magros resultados en dos años de gobierno, marcados más por los escándalos, la retórica y los distractores mediáticos, que por el cumplimiento de compromisos.
Los candidatos de las oposiciones están obligados a presentar una hoja de servicio intachable, acompañada por un claro reconocimiento de la ciudadanía, porque la tendencia favorable a Morena seguirá en los votos a la marca, más que a los candidatos; todo lo contrario a los opositores con rechazo a las marcas partidistas y aceptación a la buena fama de los candidatos.
Precisamente los descalabros severos que sufrieron partidos tradicionales como PRI, PAN, PRD, PT y PVEM en la pasada elección del 2018, fueron a causa del claro favoritismo a familiares, amigos, socios o intereses de grupo, quienes ya en el desempeño de los cargos públicos demostraban total incapacidad y desinterés por defender causas ciudadanas, pero gran habilidad para hacer negocios desde el poder público.
Así pues, las candidatas y candidatos que esos partidos postulen; primero tendrán que estar muy dispuestos a enfrentar una realidad que hoy por hoy los rechaza a priori, y acepta a ciegas a los representantes del presidente Andrés Manuel López Obrador, aun cuando quienes ostentan cargos públicos son los que han ofrecido los peores resultados, como son los casos de los gobernadores morenistas de Puebla, Tabasco, Baja California, Morelos, Quintana Roo o Veracruz.
Lo ideal sería que la ciudadanía exigiera total honestidad, capacidad y vocación de servicio a todas las candidatas y a los candidatos de cualquier partido político, al margen de preferencias ideológicas o caudillistas, porque de lo que se trata a final de cuentas es que sea quien sea que gane en las urnas, realmente garantice servicio de calidad a la sociedad, ¿no le parece a usted, estimado lector?
