¿El destino?
¿Circunstancias?
¿Pensamientos y sentimientos
que encontraban eco en dos
almas?
Un remolino de palabras
sin decirse…
Una voz, un murmullo,
un despertar del ayer, aquí,
en el ahora.
Ese fluir de la vida
llegó suavemente,
quedamente,
como una bella melodía
acompañando los
silencios.
Ese tiempo donde no
llega el dolor
donde los pasos son
ligeros y felices al
encuentro programado
con una mirada.
Cierras los ojos,
lo miras, así era en otro
tiempo, en otro espacio.
El abrazo esperado se
había detenido en los
siglos, mucho tiempo
había pasado, pero al
fin, las miradas, los
silencios se encontraban
en ese diecinueve/cuatro, te
miraba, sonreías,
me mirabas…Ya me
amabas…Yo…sabía.
En este tiempo,
en este espacio, sólo tú,
sólo yo, el amor fluía…
Fluía, y muy lejos
los silencios, las palabras,
las promesas habían
quedado suspendidas.