(NOTICIAS YA).- La campaña del presidente Donald Trump solicitó el pasado sábado que se haga otro recuento de votos en Georgia, donde el candidato demócrata Joe Biden resultó ganador. Esto sucedió el mismo día que un juez federal rechazó el último esfuerzo de la campaña de Trump para privar de sus derechos a millones de votantes en Pensilvania.
Biden venció a Trump por 12,670 votos, según el primer recuento. Pero este número no tiene generó malestar en la bancada Trumpista, que se ampara en la ley estatal para exigir que se vuelva a contar. Y es que la ley permite que un candidato solicite un recuento si el margen por el que el contrincante obtuvo la victoria es menor de 0.5%.
Una vez que el estado certifica los resultados de las elecciones, la campaña del candidato derrotado tiene dos días hábiles para solicitar un recuento, que se haría usando escáneres que leen y cuentan los votos de manera automática a diferencia del primero que se hizo de forma manual como está establecido por las leyes electorales.
El primer recuento de los votos terminó el pasado jueves tras revisar manualmente cinco millones de papeletas. Sin embargo, esta historia parece no tener fin, pues la campaña de Trump expresó que los resultados eran “falsos” y pidió que se dejen de contar “papeletas ilegales”, un argumento que no se ha evidenciado con ninguna prueba hasta el momento.
El presidente del Partido Republicano de Georgia y los miembros de la Cámara de Representantes estatal pertenecientes al partido han contribuido a los ataques contra los democrátas, aunque el país expresó su sentir en las urnas y Biden logró una clara victoria frente a Trump.
División entre los republicanos
No obstante, los senadores republicanos de Georgia, Kelly Loeffler y David Perdue, han llamado al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, que renunciara.
En una rara declaración conjunta, Perdue y Loeffler citaron “la mala gestión y la falta de transparencia” como las razones de su demanda, pero no ofrecieron ejemplos específicos.
“Creemos que cuando hay fallas, es necesario señalarlas, incluso cuando sea en su propio partido”, se lee en parte del comunicado. “Ha habido demasiados fracasos en las elecciones de Georgia este año y la elección más reciente ha arrojado luz nacional sobre los problemas … La mala gestión y la falta de transparencia por parte del Secretario de Estado es inaceptable”.
Ambos senadores están en la boleta electoral para la segunda vuelta del 5 de enero que determinará el control del Senado.
Y es que mientras se vuelven a contar los votos, Georgia sigue inmersa en una campaña electoral por los dos últimos escaños del Senado que decidirán hacia qué partido se inclina la balanza de fuerzas en la institución.
Los demócratas necesitan ganar las dos elecciones, mientras que los republicanos solo con un triunfo pueden asegurarse la mayoría.