Este miércoles, a ocho años de la muerte de Chavela Vargas, los mariachis ya no callan, sino celebran la vida de una gran mujer que se codeó con grandes, para convertirse en uno de ellos.
Chavela Vargas nació en Costa Rica en 1919 y a los 14 años ya estaba en México, país que eligió como segunda patria, en donde fue una serie de actividades como vendedora, costurera y cocinera, entre otras cosas, antes de entrar al medio de entretenimiento, a pesar de ser criticada severamente, ya que le decían que ‘Cantaba horrible’; no obstante, hizo de los temas Llorona, “La Macorina”, “Piensa en Mí”, “Paloma Negra” y” Volver”, verdaderos éxitos en su voz.
José Alfredo Jiménez, para muchos el mayor artista y compositor de estilo ranchero que ha dado México, solía decir de Chavela que era quien mejor interpretaba sus composiciones. Y seguramente eso era real pues La Chamana (como luego iban a comenzar a llamarla) conocía a la perfección cada una de las historias detrás de las canciones del autor.
En el momento más álgido de su primera etapa musical, Chavela se convirtió en una de las artistas más solicitadas del país. Incluso fue la elegida para amenizar la boda de Elizabeth Taylor y Richard Burton.
Chavela logró superar sus problemas con el alcohol gracias a un ritual chamánico, reconoció su homosexualidad a los 81 años y recuperó su carrera gracias a la insistencia, entre otros, de Pedro Almodóvar, a quien definió como “mi esposo en este mundo”.
Este miércoles se cumplirán ocho años de la muerte de esta artista que, en sus últimos días, lanzó una advertencia que, de momento, se sigue respetando: “Me llamo Chavela Vargas, ¡que no se les olvide!”.