NALS: ¿realidad o fantasía?

Por Jessica De Alba Ulloa*

El pasado 29 de junio de 2016, el primer ministro Justin Trudeau, de Canadá, y los presidentes Enrique Peña Nieto, de México, y Barack Obama, de Estados Unidos (EU), se reunieron en la ciudad de Ottawa, Canadá, para celebrar la X Cumbre de Líderes de América del Norte (NALS, por sus siglas en inglés).

La historia de las cumbres comenzó en 2005, derivada de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN). Fue una de las grandes ideas para la región de Norteamérica, que desafortunadamente no se concretó en el esperado enfoque de prosperidad como base de la seguridad del subcontinente. El gran plan fue reducido al combate a las drogas y temas de frontera ligados con la seguridad. El NALS siguió como el mecanismo anual de alto nivel, hasta el año 2010, cuando se evidenció su declive en la forma y el fondo.

Sin embargo, la cumbre de junio abrió una nueva oportunidad de cooperación y empuje a la relación trilateral con acuerdos concretos. El primero fue uno de los temas más sencillos, el medio ambiente. Con el cambio de gobierno en Canadá, fue posible una negociación en bloque desde la Conferencia de las Partes (COP21) de noviembre de 2015, en París. Se pretende que Norteamérica sea la región más competitiva del mundo, generando 50% de energía limpia para 2025. Lo interesante del tema es que, finalmente, se tomarán medidas concretas, entre las que destacan la alineación de estándares de eficiencia, los proyectos de transmisión de energía transfronterizos, el estudio conjunto sobre renovables en la red eléctrica continental, discusiones sobre la visión compartida del sector automotriz, el establecimiento de un inventario de carbón negro bajo los Certificados de Energía Limpia (CEL), y la armonización del transporte verde para la región, expandiendo el Programa SmartWay, que reduce las emisiones, incluyendo a México.

Los temas de comercio y competitividad se ligaron a la seguridad y las fronteras. Además del Programa del Viajero Confiable, se hizo mención al volumen de comercio que cruza a diario por las fronteras y es el conductor vital de la prosperidad de la región. Importante destacar que finalmente se pondrá más atención a la coordinación para la preverificación del transporte de carga, y que se espera la creación de una sola ventanilla aduanal para facilitar los cruces fronterizos de mercancías. Varias de estas medidas ya estaban en la mesa desde hace años. Han sido apuntadas por diferentes actores en los tres países y fueron recientemente presentadas a los tres líderes, en forma de recomendaciones del simposio organizado por las Universidades Anáhuac México, Estatal de Arizona y de Calgary (northamericanprocess.org).

Se habló del Caucus de Norteamérica, un espacio de cooperación y consulta bianual, con objeto de hablar con una sola voz en el hemisferio y el mundo. Eso es lo que se ha pedido y lo que se requiere, para hacer frente a los retos contemporáneos.

Se espera que cada país haga su parte: México, fortalecer el Estado de derecho y erradicar la corrupción; Canadá que se involucre en un esfuerzo trilateral, en lugar de preferir su relación bilateral con EU; y éste… habrá que esperar que lo que se dijo en la cumbre no haya sido solamente “wishful thinking” de Obama, que ya se va de la Casa Blanca.

*Investigadora. Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México – Campus Norte.
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