La muerte de un ser querido es uno de los momentos en la vida donde más evidente se nos hace la necesidad de contacto humano para poder transitar por el proceso del duelo; sin embargo, en época de confinamiento se requieren medidas adicionales y no hay una forma única para cursar el proceso de pérdida ni un plazo determinado.
En las circunstancias actuales, desde un escenario totalmente atípico, en donde no se puede dar un último beso, una última mirada, un último abrazo, los familiares y amigos tienen que prescindir de un funeral tradicional y cambiarlo por uno a distancia se vuelve necesario lo que genera modos distintos de iniciar el proceso de duelo.
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— Gayosso Oficial (@GayossoOnLine) May 21, 2020
Para afrontar la pérdida de un ser querido en las circunstancias de confinamiento, la agencia funeraria Gayosso recomienda estos consejos:
1.Preparar una reunión virtual por video-llamada y organizar una despedida grupal entre familiares y personas allegadas. Se sugiere acordar una hora para realizarlo contando anécdotas, escribiendo en redes sociales, encendiendo velas a la misma hora.
2. Crear un grupo en redes sociales o hacer una página memorial para esa persona y que, cada quien escriba lo que siente, suba fotografías y comparta sus sentimientos, anécdotas, enseñanzas y aprendizajes recibidos durante la vida del ser querido que ya no está. Es importante incluir a los niños en estos rituales, explicándoles de forma clara y natural la situación, valorando su edad y capacidades y respetando la forma en que puedan y quieran participar.
3. Si alguien no se siente con la fortaleza y estructura para compartir la pérdida de forma conjunta, lo puede hacer de forma más íntima o individualmente. Se sugiere llevar un diario y describir cómo se siente o qué le diría al ser querido que ya no está. Si se require estar solo o contactar con personas que le hagan sentir bien, permitirlo.
4. Crear un espacio físico en la casa para el recuerdo, elegir una foto, colocar velas o flores e, incluso, objetos de la persona; de tal forma que, cuando se requiera, se pueda acudir a ese rincón y expresar cómo es la vida a partir de este momento, recordarle las cosas que se compartían y despedirse.
5. Cuidar la alimentación, los tiempos de descanso, mantener horarios adecuados, si se requiere bajar el ritmo, hacerlo; darse oportunidad para recuperarse, no abandonarse, practicar ejercicio físico, buscar una ocupación que entretenga.
6. Evitar sobrecargarse con información que contamine, buscar actividades que relajen, no tomar decisiones permanentes en este momento y no exigirse demasiado.
7. Recordar que esta situación no va a durar para siempre y que, cuando todo esto termine, se podrá realizar una despedida presencial junto a los demás seres queridos.
8. Darse tiempo para sanar.
9. Alternar entre las actividades de “pérdida” y “restauración”, cuyo enfoque se fundamenta en el doble proceso de duelo, que indica que las personas se mueven entre actividades relacionadas con la pérdida (ver fotos del fallecido, llorar, hablar del ser querido) y practicas restauradoras (realizar planes para el futuro, tener pasatiempos, meditar).
10. Darle permiso a nuestro ser querido de “ya no estar”.
Anahí Polo, coordinadora del programa de Tanatología en Grupo Gayosso, reiteró que es recomendable usar la tecnología disponible para realizar un acompañamiento a la distancia y confiar en que habrá un día en el que se podrá hacer el ritual funerario y completar el proceso de duelo pendiente.