El futbol italiano por el momento sigue en duda sobre si se reanudará o no la temporada 2019-2020, suspendida desde el 9 de marzo, por la contingencia sanitaria por el coronavirus, y es que el ministro de Deportes, Vincenzo Spadafora, es claro al afirmar que si no hay un protocolo para que retornen los clubes por lo menos a los entrenamientos el Gobierno italiano declarará terminada la temporada.
Spadafora declaró para el canal italiano LA7 el miércoles que siempre ha referido que el retorno a los entrenamientos no significa que se vaya a regresar la actividad de la temporada 2019-2020, “Siempre he dicho que retomar los entrenamientos no implica reanudar la temporada”, además manifestó que a su parecer si fuera directivo de algún club italiano pensaría más en la siguiente temporada, “si no queremos tener dudas, es suficiente seguir la línea de Francia y Países Bajos, que han abandonado, yo honestamente veo el camino para reanudar la competición cada vez más pequeño. El tema de los entrenamientos es distinto, pero si fuera un presidente de un club de Serie A empezaría a pensar en la próxima temporada”
En otra entrevista para la televisora RAI Vincenzo Spadafora afirmó: “En estos días el Comité técnico científico se está reuniendo con las varias partes del mundo del fútbol, no solo con la FIGC, para profundizar en el protocolo que nos presentó. Si encontramos un acuerdo, los entrenamientos podrán reanudarse y esto será positivo también para la eventual reanudación del campeonato.
“De no ser así, el Gobierno decidirá, por razones de evidente emergencia sanitaria, el cierre del campeonato, creando, en la medida de los posible, las condiciones para que el mundo del fútbol tenga los menos perjuicios posibles”.
El Gobierno italiano de momento consideró que es insuficiente el protocolo que la Federación Italiana de Futbol (FIGC por sus siglas en italiano) presentó hace dos semanas para el regreso a los entrenamientos el 4 de mayo, además de eso se prohibió la actividad en los centros deportivos de los clubes de futbol hasta el 18 de mayo, decisión que causó molestia para el presidente de la FIGC, Gabriele Gravina, quien afirmó el miércoles que se negará a firmar un cierre definitivo de la jornada.