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viernes, septiembre 20, 2024

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La manifestación que sí fue

Por: Murilo Kuschick

Por fin un Día Internacional de la Mujer que no fue conmemorado únicamente por las autoridades que, con sendos discursos, mostraban su apoyo, –de palabra-, a la causa femenina.

Ayer no sólo en México, sino en muchas ciudades del mundo, se escuchó la voz y la protesta de aquellas mujeres que mostraban su reclamo frente a la escasa respuesta del gobierno de la 4T y de los gobiernos en general hacia la solución de las demandas feministas.

El movimiento feminista, como ya lo había planteado Herbert Marcuse, es uno de los pocos movimientos sociales que podría poner en riesgo la hegemonía capitalista, y que cimbraría su estructura, así como el movimiento negro, entre otros que ocuparían la posición que dejaría el movimiento obrero.

Si bien es parte de su tradición algunos cambios estructurales importantes y fundamentales como es la destrucción de la sociedad patriarcal, finalmente es una opción tanto política como ética, y si bien tenga demandas en el ámbito económico en su actual lucha, no ha puesto en el punto central de su lucha la modificación de la estructura económica o la terminación de la propiedad privada, el fin de la explotación de demandas que en su momento podrían algunos grupos feministas compartir con los marxistas.

El éxito actual del feminismo ha sido hacer a un lado este tipo de demandas y luchas que con anterioridad habían abanderado para dedicarse principalmente a la demanda central de las mujeres que finalmente comparten con toda la sociedad mexicana, la inseguridad, y de ahí su espectacular desempeño para convertirse en el principal movimiento social del siglo XXI.

Ninguno de los movimientos que han surgido en este siglo ha tenido la amplitud y la capacidad de convocatoria como el feminismo, ni los movimientos étnicos, los identitarios, de género, el cual se encuentra ligado al feminismo.

El feminismo se ha desarrollado en la actualidad alrededor del problema de la seguridad y de la muerte de cientos de miles de mujeres que ha generado la hipótesis que tales crímenes pueden ser definidos como feminicidios, -crímenes de odio a las mujeres-, esto es, que las matan por pertenecer al género femenino.

Esta situación se ha ido agudizando en los últimos años con el aumento de los crímenes tanto hacia los hombres como hacia a las mujeres, en muchos de los casos después de actos de violación o de violencia que en muchos casos son de miembros de la propia familia.

La cuestión se ha complicado principalmente después de la victoria de López Obrador y las expectativas que generó al ofrecer resolver los graves problemas de seguridad, y principalmente de impunidad, que se encuentra asociado a este régimen que había prometido resolver este lastimoso problema, ya que si bien la 4T no ha querido plantear que las mujeres sean las culpables de los crímenes que se les comete por su forma de vestir, comportarse o andar en la calle a altas horas de la noche, si ha buscado en voz del presidente decir que sólo con un cambio en los patrones socioculturales y de ingreso se podrá acabar con esta situación.

Pese a que no le falte razón al presidente que son necesarios cambios de raíz, y establecer nuevas conductas, o que muchas de las actuaciones del feminismo son conservadoras, si bien que eso no sea verdad, ya que la derecha no está de acuerdo con el aborto o con otras demandas del feminismo, como la igualdad de sueldos entre hombres y mujeres, el matrimonio entre personas del mismo sexo, son todas estas demandas que la derecha no suscribe, sin embargo la indiferencia la indolencia o el hecho que la 4T, en las expresiones del presidente que es muy feminista o que sea un experto en estos temas y que estos problemas los atiende todos los días.

Empero, la sociedad no ve que haya cambios en las leyes o que haya una mayor diligencia de los ministerios públicos o del poder judiciario para capturar, juzgar y sentenciar a los crímenes en contra de las mujeres que son el 52% de la población del país.

Así el desprecio, la indiferencia, la indolencia o los pedidos de que se esperen que en el futuro todo habrá de arreglarse han colmado la paciencia de una buena parte de la sociedad mexicana que ha decidido tomar el problema en sus manos, pues en manifestaciones anteriores ya se habían presentado las mismas demandas con las mismas o con ninguna respuesta más allá del ninguneo o de calificarlas de manipuladas por la derecha.

Frente a esta situación y a este tono de respuesta, y con el agravamiento de la situación económica derivada de la epidemia del coronavirus, de la baja del precio del petróleo, y de la depreciación del peso mexicano, sería bueno que el gobierno de López Obrador buscara solucionar o intentar modificaciones en la estructura jurídica y de procuración de justicia si no quiere que las manifestaciones de las feministas embarren, alteren y desplacen la rifa del avión o la imposición diaria de la agenda pública. Y así, que esta sea decidida por otros actores y no por él.

 Profesor Investigador, Departamento de Sociología, UAM-Azcapotzalco, [email protected]

Erre&ErreRedacción
Erre&ErreRedacciónhttp://www.mexicoahora.com
Lic. en Sociología. Editor de noticias. Con amplia experiencia en servicios de contact center.

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