En 1983, en medio de uno de los momentos más álgidos de la lucha por los derechos de los homosexuales en Estados Unidos, se estrenó en Nueva York la versión musical de la obra La cage aux folles —estrenada en Francia en 1973—, convirtiéndose en un instantáneo y sorprendente éxito de crítica y público que sacudió a la ciudad. Más de treinta años después, en la Ciudad de México, en la que el tema de los derechos homosexuales sigue alterando conciencias, se presenta, interrumpidamente, desde noviembre de 2015 el segundo montaje mexicano de esta obra que es ya un sólido referente del teatro musical.
A tres décadas de distancia, lo que debería ser una anécdota arcaica e inocente, vuelve a ser un justo y necesario llamado al respeto y la equidad gracias a que, en su esencia, el libreto del legendario dramaturgo, actor y activista Harvey Fierstein sigue pertinente y actual: aún causa “algo” en el público ver el conflicto que atraviesa una pareja de hombres maduros homosexuales con un hijo casadero. La celebrada partitura de Jerry Herman, que fusiona música alegre y optimista con letras bravías y contundentes, sigue cumpliendo el cometido de divertir y, de paso, poner a pensar.
La jaula de las locas regresa a las marquesinas con nuevo vestuario, su monumental escenografía, nuevos integrantes como Eugenio Montessoro, quien interpreta a George, el dueño del club nocturno La cage aux folles, y coreografías renovadas que acompañan a sus clásicas canciones que sin duda no te cansarás de corear.
Con una escenografía a cargo de Oscar Acosta, que nos recuerda a la época de oro de las divas, letras bravías que refuerzan el amor propio con la dirección musical y vocal a Eduardo Soto e hilarantes coreografías de Pepe Posada, la puesta captura la atención de los espectadores que, ya sea por gusto, por curiosidad o por morbo nos dejan pegados al asiento las tres horas del show.
La Jaula de las locas, aunque con varios estereotipos y arquetipos, lejos de estar desactualizada, es una puesta donde el amor, la inclusión y las familias homoparentales son el tema principal, retando a la moral conservadora con el objetivo divertir y, de paso, poner a pensar algo necesario en nuestra época donde los defensores de la familia natural parecieran más cada día.