‘Celda 211’ se ha convertido sin lugar a dudas en un título referente dentro del cine carcelario y una de las mejores y más osadas películas del cine español en bastante tiempo.
Monzón crea una obra asfixiante, repleta de maestría por momentos. Su dirección es intimista en las situaciones de calma entre los personajes, briosa en los momentos de tensión o simplemente fría en los momentos en los que la violencia y la sangre duelen y rebosan… todo ello con una estética de documental y apostando por los espacios cerrados, a los que convierte en un personaje más de la trama.
EL GUIÓN ES PORTENTOSO, SABIENDO COMO JUGAR A SORPRENDER AL ESPECTADOR
El guión es portentoso, sabiendo bien como jugar a sorprender al espectador y que éste no se espere el próximo giro o lo que va a suceder dentro de unos minutos en ese entorno hostil y temible en el que se ha convertido esa prisión en medio del campo.
También se agradece que no eche por la borda la resolución de los conflictos a través de escenas de acción rutinarias que en manos de otro seguramente serían la mayor baza del film y que apueste siempre por una tensión contenida y por momentos claustrofóbica. Merece la pena destacar una estupenda caracterización psicológica de los personajes, así como el curiosísimo y sorprendente recurso de utilizar a los presos de ETA como moneda de cambio.
CELDA 211-B
Celda-211-b Por otro lado, merecidísimo el Goya que se encasquetó Luis Tosar de manera casi automática, pues el fantástico actor da vida a una meritoria creación del carismático y a la vez fiel y justo ”a su manera” Malamadre, todo un icono ya mítico dentro de su filmografía y al que el actor sabe darle credibilidad sin caer en los típicos aspavientos e histrionismos a los que nos tienen acostumbrados otros personajes y actores similares.
Resines sorprende con un personaje inusual del que vamos conociendo más datos a medida que avanza el metraje. Marta Etura realiza una interpretación aceptable con un personaje algo tópico y sin demasiado interés, mientras que un principiante Alberto Ammann es el que queda más suelto en comparación con sus fantásticos acompañantes.
Una de las mejores películas españolas de los últimos tiempos, destinada a triunfar muy merecidamente y a sorprender a todos aquellos que esperan algo nuevo y destacable dentro de un cine español poco acostumbrado a los triunfos propios. Algo que este notable thriller carcelario ya ha conseguido, y a mucha honra. Peliculón.