Para el Papa Francisco, la prostitución es una “esclavitud y un acto criminal”, una actividad en la que según el pontífice, la gana la mentalidad de que las mujeres, tiene que ser explotadas como una “mercancía”
Para el Papa Francisco, la prostitución es una “esclavitud y un acto criminal”, una actividad en la que según el pontífice, la gana la mentalidad de que las mujeres, tiene que ser explotadas como una “mercancía”.
La máxima autoridad de la Iglesia Católica, asegura que en su momento, conoció luego de visitar la Comunidad Papa Juan XXIII, “todo el dolor, la injusticia y el efecto de la opresión”; dicha comunidad, es una asociación caritativa que brinda un techo a las personas pobres, adolescentes y/o prostitutas que tienen problemas.
El Papa Francisco, leyó el libro escrito por el sacerdote Aldo Buonaiuto, al que tituló ‘Mujeres crucificadas.
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La vergüenza de la trata contada desde la calle’ y tras esto, reconoció que cuando se enteró de lo que han tenido que pasar estas víctimas, de pronto, sintió necesario ofrecerles una disculpa por los que las maltrataron: “perdón por las verdaderas torturas que tuvieron que soportar debido a los clientes, muchos de los cuales se llaman cristianos”.
Así mismo, escribió: “Cualquier forma de prostitución es una esclavitud, un acto criminal, un vicio repugnante que confunde hacer el amor con desahogar los instintos torturando a una mujer indefensa”.
Así mismo, aseguró que tener la mentalidad de que la mujer debe ser explotada y usada como una mercancía, es “patológica”.
“es una enfermedad de la humanidad, una forma incorrecta de pensar acerca de la sociedad”.
Hizo un llamado para que las mujeres que se encuentren en estas situaciones, sean liberadas, pues son “pobres esclavas”, pidió que los gritos de auxilio no sea indiferente para las personas.
“Nadie debe darse la vuelta o lavarse las manos de la sangre inocente que se vierte en los caminos del mundo”.
Anteriormente, el Papa Francisco, ha hecho llamadas de este tipo anteriormente: En marzo del año pasado, calificó como “criminales” a los que pagan por tener sexo, esto, durante una reunión previo a un gran sínodo de obispos jóvenes.
