JAPÓN.
Cada vez más japoneses deciden salir de la aburrida vida de oficina para hacerlo desde otros lugares, algunos muy extraños como un vagón del metro, una carpa o incluso desde un karaoke.
Este tipo de conductas es aceptada por varios jefes pues lo ven como una forma de aumentar el rendimiento de los “salarymen”.
En muchas ocasiones, terminan tomando cervezas por la noche con colegas y jefes tras una interminable jornada en la oficina.
En el barrio financiero de Marunouchi, en Tokio, hay hombres de negocios sentados en cojines, con la computadora portátil en las rodillas, dentro de una tienda de campaña rodeada de torres de acero y cristal.
También se los ve a orillas de los ríos en la periferia de Tokio, en unas “oficinas al aire libre” temporales creadas por Snow Peak Business Solutions, muy populares entre algunas empresas, que han decidido seguir una moda implantada desde hace tiempo en otros países industrializados: sacar a sus empleados del ambiente viciado de la oficina.
Este marco insólito ha dado lugar a “nuevas ideas” en reuniones celebradas en tiendas de campaña en pleno Tokio, destaca Yasuyuki Minami, que trabaja para la rama japonesa del gigante alemán de los programas de gestión de empresa SAP.
En la oficina, tendemos a tener ideas manidas y estereotipadas. Fue una experiencia interesante estar al aire libre, algo que no vivimos todos los días”, agregó su jefe, Tsutomu Ushida, uno de los vicepresidentes de SAP Japan.
Oportunidad para negocio
Muchas empresas han encontrado una oportunidad de negocio y ofrecen habitaciones acondicionadas con karaoke y bebidas, exclusivas para trabajar durante un rato y por 600 yenes (unos 100 pesos mexicanos) la hora, los usuarios pueden reproducir imágenes en la gran pantalla que en general se usa para las canciones.
Los más tímidos pueden entrenarse en el arte de hablar en público para sus presentaciones, con micro y macropizarra blanca incluidas, en una habitación insonorizada. Hideyuki Aoki, un empleado de NTT Communications, recurre a este servicio varias veces por semana cuando está de viaje.
Al principio, me sentía incómodo pero ahora creo que es muy práctico. Lo uso como una oficina ambulante”. Hay quien aprovecha las cafeterías, pero muchos son reticentes a abrir documentos confidenciales en público.
Con información de AFP
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Source: Excelsior