El “manspreading” es el término que se utiliza para referirse a la postura que adoptan algunos hombres al sentarse con las piernas abiertas en el transporte público. En castellano se lo conoce como “despatarre”, y según la definición de la Real Academia Española, despatarrar es la acción de “abrir excesivamente las piernas a alguien”.
En Rusia (más precisamente en San Petersburgo), una estudiante de Derecho y activista rusa decidió llevar a cabo una campaña para lograr que los hombres dejen de adoptar esta tesitura a la hora de viajar en el metro de la ciudad. Su nombre es Anna Dovgalyuk y decidió volcar sobre la zona de los genitales masculinos un líquido, fusión de agua y lavandina, para que “cierren las piernas” y a la vez no olviden hacerlo luego de ver la mancha en el pantalón que nunca podrán quitar.
El accionar generó polémica en las redes sociales luego de que difundiera el video en donde varios hombres resultaron “marcados” por la joven rusa. La activista aseguró que se vio obligada a hacerlo “ante la pasividad del Gobierno ruso, para que todos comprendan qué parte del cuerpo controla el comportamiento de los hombres”. Para ella el “manspreading” es una “agresión de género” que no se puede consentir.
“Actúo en nombre de todos los que tienen que soportar las muestras de sus cualidades de macho en el transporte público”, agregó Dovgalyuk, quien fabricó una solución “30 veces más concentrada que la mezcla usada cuando se lava la ropa” para “marcar” en el metro de San Petesburgo a todos aquellos que adoptaron esta forma de sentarse.
El líquido “se come los colores de la tela y exhibe manchas indelebles”, sostuvo la activista, explicando así que su mezcla tenía como objetivo que “se viera quiénes hacían manspreading”. La joven rusa manifestó que el mismo fue vertido en más de 70 hombres. También que llevará la campaña a los metros de Moscú y Kazán.
El video, publicado en YouTube, fue replicado en todas las plataformas de las redes sociales y generó la indignación de muchos hombres por la polémica acción, en donde algunos amenazaron con iniciarle acciones legales a la activista. Otros, en cambio, creen que es todo un montaje escenificado para ganar notoriedad.
Cabe destacar que la Federación de Transporte de Nueva York lanzó, en 2014, una campaña contra el manspreading. Allí se instalaron varios avisos en el metro que decían: “Amigo… para de abrir las piernas, por favor”. Lo mismo hizo la ciudad norteamericana de Filadelfia, con una campaña bajo el lema de “Amigo, es de mala educación”, mientras que el proveedor de transporte de Seattle mostró afiches con un pulpo con los tentáculos desparramados sobre los bordes de los asientos.
La Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), en 2017, puso en práctica la misma campaña tras una una petición realizada por un colectivo de mujeres llamado “Mujeres en Lucha”, en la que argumentaban que es común ver a mujeres “con las piernas cerradas y muy incómodas porque hay un hombre a su lado que está invadiendo su espacio con las piernas”.
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Source: Infobae