Una mujer australiana se fue de vacaciones a una playa paradisiaca de Tailandia y, en un intento por probar cosas nuevas, contrató un spa de peces para sus pies. Pero la experiencia fue desastrosa porque una infección le costó los cinco dedos del pie.
El problema fue que Victoria Curthoys, de 29 años, ya tenía una cicatriz antigua en el dedo gordo que volvió a infectarse con este extraño tratamiento.
La historia de la joven australiana fue compartida en Facebook y rápidamente se viralizó en redes sociales.
Lo cierto es que los peces no sólo se comieron su piel vieja, sino que también le dejaron el germen de una nueva infección. La mujer llegó a su hogar con fiebre y luego de una serie de exámenes médicos, se le diagnosticó Schwelmenella, una infección que se come los huesos.
Finalmente, para diciembre de 2012 los médicos habían tenido que amputarle el dedo gordo del pie.
La salud de la mujer mejoró notablemente luego de la amputación, pero al poco tiempo la infección en los huesos volvió debido a la presión que ejercía cuando pisaba en los dedos restantes.
Poco a poco fueron enfermándose los demás dedos y para 2017 los médicos habían terminado por amputarle el dedo chiquito del pie.
La historia fue compartida a través de Facebook y no pasó mucho tiempo para que los usuarios la viralizaran rápidamente.
“Tuve una infección en todos los huesos de los dedos de los pies. Estaba mal todo el tiempo. Cuando decidieron amputarme los dedos, me sentí aliviada porque iba a volver a mi vida”, señaló.
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