A pesar de los grandes avances que hemos presenciado durante los últimos años en materia de diversidad sexual y derechos LGBT, la idea de atracción entre dos hombres aún es percibida como un acto plenamente homosexual en occidente. No obstante, en oriente y principalmente en Japón el entendimiento sobre dos hombres desnudos y juntos, no alcanza el calificativo de polémico.
Japón es un país de tradiciones y eso todos lo sabemos. No obstante, durante los últimos años ha existido un gran quiebre en materia sexual, donde los jóvenes han puesto en tela de juicio los términos de heterosexualidad y homosexualidad y han rechazado este retrógrado código binario.
En los años 60 y 70, artistas de vanguardia se adelantaron a este posmoderno planteamiento actual. Tamotsu Yato fue una de las figuras que mejor estudió este llamativo fenómeno del imaginario colectivo japonés.
Yato realizó un análisis a través de la fotografía por el cual buscaba explicar cómo se perdió la tolerancia hacia el amor masculino, siendo encasillado en homosexualidad con toques femeninos.
El erotismo que desplegaban las imágenes de Yato fue claramente en contra de las tradiciones y masculinidad japonesa, destruyendo los estereotipos imperantes en el país nipón.
La historia de Tamotsu Yato no es una historia feliz. Su homosexualidad fue una falta de respeto para su familia, los cuales lo rechazaron y abandonó su hogar, cambiando su apellido original, Takada, por Yato.
De acuerdo a Cultura Colectiva, en 1956 Yato intenta suicidarse, pero falló. La depresión por la que estaba pasando debido al rechazo que experimentó con su familia le quitaron las ganas de vivir. No obstante, la fotografía llegó a su vida junto al editor inglés Meredith Weatherby, quien lo impulsó en su carrera fotográfica y también fue su amante.
Los años pasaron y su homosexualidad se hizo publica mientras el reconocimiento llegó a su trabajo. No obstante, el término de la relación que tenía con Weatherby desencadenó una profunda depresión que encontró cobijo en el alcohol.
Su siguiente paso fue vivir en un bajo perfil que, sumada a su depresión, ocasionaron que el artista muriera el año 1973 completamente solo y falto de todo reconocimiento y aclamación.
A pesar de esto, su producción visual y su controvertido trabajo y poética desplegada en las fotografías son un fuerte legado para las comunidades LGBT de Japón que rompieron los paradigmas establecidos acerca de la sexualidad masculina.
Source: UPSOCL