En el mundo de Hollywood es raro que se celebre una boda sin un contrato prenupcial. En estos acuerdos que firman los famosos hay todo tipo de cláusulas, de los 3 millones de dólares que recibiría Katie Holmes por cada año junto a Tom Cruise a los 4 en que Charlie Sheen valuó la infidelidad. Además del dinero, estos documentos regulan otros aspectos como la cantidad de hijos, lo que se puede o no hablar con la prensa y hasta el sexo. Sí, la frecuencia obligatoria del sexo también queda escrita, por lo menos en el que firmaron la modelo polaca Joanna Krupa y el empresario Romain Zago. Ella exigió encuentros íntimos por lo menos tres veces por semana.
Noticias como esta nos dejan pensando si es solo un ardid publicitario o si en verdad lo creen necesario. Como sea solo sirve para continuar con la nociva costumbre de cuantificar el sexo. ¿Con cuántos hombres has estado? ¿Cuánto te mide? ¿Cuánto duran en la cama? ¿Cuántas veces en una hora? Cuántos, cuántos, cuantos, como si el sexo fuera un kilo de jamón. En sexo es una cuestión de calidad, no de cantidad.
Las investigaciones han demostrado que cuando el sexo es una actividad obligatoria, resulta contraproducente y se manifiesta en reducción del deseo. El sexo no debe forzarse, más bien hay que trabajar en conservar el deseo y en seguir conquistando a la pareja.
Hay personas que creen que la química no requiere trabajo, que simplemente existe o no. Si, en un principio suele funcionar así pero con el tiempo se convierte en una labor a la que hay que invertirle. Modificar tus horarios de trabajo para dedicar más tiempo a la pareja, perder esos kilos de más para sentirte mejor con tu cuerpo y proyectar seguridad, ser más detallista, etc. pueden ayudarte a aumentar la frecuencia del sexo de forma natural.
Si tienes sexo los martes cuando la niña está en clase de ballet y los viernes antes de la telenovela, pregúntate qué está pasando en tu relación y por qué han hecho mecánico algo que es orgánico.