Nueve personas resultaron heridas al margen de dos manifestaciones antagónicas con más de 8.000 personas que salieron el sábado a las calles de Chemnitz, en el este de Alemania, para marchar contra la política migratoria del gobierno de Angela Merkel, y otra para mostrar su apoyo.
Desde hace una semana, esta ciudad de Sajonia es el epicentro de la movilización de la extrema derecha alemana contra los extranjeros, tras el asesinato de un alemán el fin de semana pasado. Un homicidio por el que la justicia detuvo a un iraquí y a un sirio.
Las marchas en sí mismas se desarrollaron sin incidentes y en presencia de un gran despliegue de las fuerzas de seguridad para impedir esta vez episodios de violencia como la semana pasada. Aunque la tensión fue palpable en varios momentos durante la tarde.
Sin embargo, cuando empezaron a dispersarse las protestas, se produjeron enfrentamientos entre militantes que decidieron desafiar a los que del campo contrario.
La policía indicó que nueve personas resultaron heridas durante su intervención para evitar enfrentamientos directos, dijo en un comunicado en la noche del sábado.
Un equipo de la televisión pública local MDR presentó una demanda luego de haber sido agredidos mientras grababan. Un miembro del equipo resultó herido y con su material roto.
Por otro lado, al margen de estas manifestaciones, en un barrio periférico de Chemnitz, un afgano de 20 años, fue golpeado por la noche por un grupo cuatro hombres con sus rostros cubiertos. Según la policía, resultó con heridas leves.
Con el objetivo de evitar el enfrentamiento entre manifestantes de ambas partes, la policía limitó el recorrido a los militantes de extrema derecha. Aunque algunos se quedaron en el sitio, a pesar de haberles ordenado que abandonaran el lugar.
Unas 4.500 personas desfilaron convocadas por varios movimientos de derecha radical, pero también por el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) y el movimiento antislam y anti-Merkel Pegida, según la policía.
Algunos coreaban “nosotros somos el pueblo”, recuperando el eslogan de los manifestantes durante la caída del régimen comunista de la RDA en el otoño de 1989, o “Merkel debe irse”, sujetando banderas alemanas. Otros desfilaban con retratos gigantes de “víctimas” de ataques perpetrados, según ellos, por solicitantes de asilo.
Paralelamente, en respuesta a varias asociaciones y partidos políticos de izquierda, unas 3.500 personas, según la policía, marcharon bajo el lema “el corazón más que el odio”.
“Chemnitz no es ni gris ni parda”, se podía leer en el cartel de un manifestante, depositado ante el imponente busto de Karl Max, situado ante el ayuntamiento. Chemnitz fue rebautizada Karl-Max-Stadt (Ciudad de Karl Marx) durante la época comunista.
“No dejaremos que los extremistas de derecha destruyan nuestro país y nuestra democracia. Ni en Chemnitz, ni en Sajonia, ni en ninguna parte en Alemania. Nuestra Constitución debe primar. Debemos defenderla. ¡Ahora!”, declaró en un tuit uno de los dirigentes de Los Verdes, Cem Özdemir, de origen turco.
El gobierno, a través del ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, dio su apoyo a esta última manifestación.
“La Segunda Guerra Mundial comenzó hace 79 años. Alemania provocó sufrimientos inimaginables en Europa. Aunque haya gente que desfila de nuevo por las calles haciendo el saludo nazi, nuestra historia pasada nos obliga a defender decididamente la democracia”, escribió en Twitter.
Hace una semana, el domingo, unos 800 simpatizantes de extrema derecha se organizaron para llevar a cabo una “caza de extranjeros” en la ciudad, tras el homicidio que encendió la mecha.
Al día siguiente, enfrentamientos entre más de 2.000 manifestantes de extrema derecha y algunos miles de contramanifestantes cercanos a la izquierda radical dejaron igualmente varios heridos.
Con información de AFP
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Source: Infobae