Graffiti, protesta, espacio público y selfie sticks: una conversación con Anish Kapoor

Este fin de semana abre sus puertas la exposición Arqueología, Biología de Anish Kapoor en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.

Kapoor, es uno de los artistas plásticos más influyentes de nuestros tiempos gracias a sus magistrales esculturas y la infinita experimentación con toda clase de materiales con las que nos logra transportar a nuevas dimensiones del espacio.

En el marco de ‘Arqueología, Biología’ aprovechamos la visita de Anish Kapoor a nuestro país para platicar sobre diversos tópicos y a continuación compartimos una transcripción de la misma:

Sobre el ataque a ‘Dirty Corner’,  su pieza expuesta en el Palacio de Versalles

En Francia hubo una situación muy particular, déjame tratar de explicarlo. Mostré el trabajo ‘Dirty Corner’ en Versalles que era obra muy provocativa, incluso el título es provocativo. Pero algo extraño sucedió ahí, pues colocaron la obra en el jardín principal del Palacio de Versalles, como ‘exponiéndola’, lo cuál podría parecer controversial, pero de una pequeña manera.  Lo que ocurrió es que algunos periodistas escribieron un artículo y decidieron bautizar la obra como ‘La vagina de la reina’ así que algo muy interesante pasó después de eso. Si el Sr. Freud estuviera vivo y la viera, moriría de inmediato así que, al momento en que fue nombrada como un ‘objeto sexual’ y un ‘objeto sexual femenino’ fue como si hubiera una necesidad de poner odio en ella.

Ocurrió un interesante fenómeno social y público, de un modo extraño. Pensamos en Francia como una sociedad muy liberal, especialmente en lo sexual pero no lo es, es muy conservadora y especialmente en Versalles.

La primera vez que ocurrió el (ataque con) graffiti, decidí retirarlo, justo como alguien lo haría en una situación como esa. Luego sucedió una segunda vez con un mensaje muy abusivo y anti-semita, así que tome la decisión de no retirarlo, de dejarlo ahí.

Y luego las autoridades en Versalles me llevaron a la corte y dijeron que yo era culpable de mostrar material anti-semita. Muy interesante, fue el opuesto total de lo que realmente pasó. Entonces me pidieron remover el graffiti y yo dije ‘no, no voy a remover el graffiti’ porque decidí que para ese momento ya era una batalla.

Así que la única respuesta posible era una respuesta artística, por lo que cubrí la escritura en pequeñas rayas doradas para que no pudieran leer el mensaje, aunque es obvio que está ahí.

Desde entonces me queda la pregunta de ‘¿qué es la obra?, ¿es la obra con el graffiti o como estaba originalmente?’. Así que, en un momento, especialmente en Europa, en el que hay personas dejando sus lugares de origen, caminando a través del continente donde vemos la destrucción de las grandes vistas en el medio oriente por ISIS y todo eso, estamos viviendo en una época de terrible conservadurismo en el arte.

Pensé que era muy importante señalar esto como una especie de ‘acción’, por decirlo de algún modo.

Con el estado actual del mundo, con fenómenos como la migración, la crisis de refugiados, censura y gobiernos conservadores, ¿es un momento interesante para el arte como un espacio de reflexión y protesta por el estado del mundo actual? 

La respuesta corta a eso sería ‘sí’, considerando que no haya auto-censura, que no nos pongamos en una situación en la que no nos permitamos decir lo que queramos, eso es necesario.

Sin embargo pienso que el otro lado de esa ecuación es, indudablemente, el mercado. Parece que el mercado juega un rol tan importante en la cultura que debemos tener cuidado de que no nos silencie porque si todo está a la venta, ¿cómo podría ser controversial?

Así que el artista debe permanecer en el exterior y eso es difícil para todos como ciudadanos, artistas, gente pública, etc, es difícil para nosotros permanecer en el exterior. Es importante que lo hagamos de alguna manera.

¿Qué tipo de reacción espera por parte de la gente cuando vemos su obra?

Es muy importante ir a un museo y preguntarse ‘¿qué es lo que estoy viendo?, ¿por qué esto es arte?, ¿es interesante?’, creo que esas son muy buenas preguntas porque nos hacen cuestionar, nos hacen hacernos preguntas a nosotros mismos.

Mi hijo pudo haber hecho todas esas preguntas, todos conocemos esas preguntas. Nos hacen preguntarnos sobre el valor de la cultura, el valor de la experiencia estética, ¿por qué algo es simple? o ¿por qué algo es complicado?, ¿por qué hay tantas palabras?, etc.

Esa es una clase de cosa y es muy importante. Mi propia y particular ‘aventura’ es que estoy interesado en la manera en que uno experimenta un objeto cuando el acto de mirar no es una historia, una narrativa, no hay palabras para leer pero es la reacción entre el espectador y el objeto, entre lo material y el significado, etc.

Muchas de sus obras se forman parte del espacio público en diversas partes del mundo, asi que cuando le piden realizar una pieza para colocarla en el espacio público, ¿por donde comienza su trabajo, en el espacio, los materiales, el espectador…?

Nunca puedes hacer una obra para alguien más, las hago para mí mismo y la idea general es que si funciona para mí, funcionará para ti.

Generalmente hablando, cuando haces una obra para exteriores hay menos espacio y dinero, si lo quieres decir así.

Creo que hay una diferencia entre una fábrica y un estudio. Recuerdo alguna vez que escribí dos cosas en la pared de mi estudio. La primera fue ‘no lo intentes, hazlo’ que creo que es muy importante recordarte eso y la otra es que ‘nunca voy a ser un trabajador de mi propia fábrica’ y es importante pero no es una fábrica, es un lugar de investigación, de posibles, imposibles, fallas.

¿Cómo es un día normal de trabajo en su estudio?

Tengo aproximadamente a 15 personas trabajando en el estudio. El estudio es un espacio bastante grande, todos trabajamos como en un día muy, muy normal así que comenzamos en la mañana como a las 8:30 y terminamos como a las 6:37 y eso es todo.

Nunca trabajo en la noche, no puedo. Encuentro muy necesario hacerlo como si fuera un trabajo, en cierto sentido. De otra manera todas estas tontas ideas sobre la inspiración y todas esas cosas se atraviesan.

No tiene nada que ver con eso, es trabajo, es una practica. La razón por la que tengo a tantas personas en el estudio es porque la escultura es un trabajo muy largo. Así que es decidir sobre algo luego tener que esperar entre 3 y 4 semanas. Lo veo todos los días, al trabajar algo y después trabajar en la siguiente etapa o decir ‘no sé que hacer, lo dejaré por 6 meses y regresaré a eso.

Así que rara vez es solo una cosa, siempre intento trabajar en diferentes cosas al mismo tiempo y ver a dónde pueden dirigirse. Entonces no es un proceso linear, no es una idea.

Una vez vi una maravillosa entrevista de Francis Bacon con David Sylvester y le preguntaban a Francis Bacon ‘¿de dónde viene tu obra?’ y el contestaba ‘se aparece in mi mente como una imagen en un proyector’. No lo sé, en algunas maneras eso es verdad pero, de hecho, en el proceso de hacer la obra, lo pierdes por completo.

Y luego la obra en sí misma es un proceso de descubrir ese pequeño momento de imaginación o descubrimiento o lo que sea.

Las ‘selfies’ se han vuelto un fenómeno de nuestros días, de hecho, mientras veía la exposición, encontré a muchas personas tomándose selfies con sus obras… como artista ¿qué opinión le merecen los selfie sticks? 

En los últimos tres días he estado como ‘¡no tomen más fotos de mí!’. Es extraño. Creo que descubrí que la pieza que hice en Chicago, el ‘Cloud Gate’, es objeto para selfies definitivo. ¿Qué puedes hacer? Es una cosa muy curiosa, de cierto modo, que queramos involucrarnos a nosotros mismos en esto.

Así que ver, mirar a una cosa ya no es algo pasivo, especialmente desde que todos tenemos una cámara y ese asunto de querer involucrarse a uno mismo creo que es un fenómeno cultural muy interesante pero también muy problemático.

Quizás el mundo es muy confuso en términos de nuestro estatus particular que siempre estamos buscando afirmación y luego una selfie ya está en Instagram en tres minutos o dos segundos, así que hay todo un asunto de ‘¿donde se encuentra la selfie?’ Es confuso, creo, para todos nosotros.

La aplicación que acompaña la exposición puede expandirse para explorarla en realidad virtual, ¿es este el futuro de las exposiciones?

¿Quién sabe a donde vaya a llegar? Es lo bueno de eso. Es un increíble pedazo de tecnología, la vista completa en 3D. Al final, creo que la experiencia física de la materia es irremplazable porque todos somos materia. Quizás sea anticuado.

Sabemos que usted compró los derechos de Vantablack, un pigmento, que se dice que es la sustancia más oscura del planeta, ¿nos puede contar la historia de este material?

Hace como dos años leí algo en un periódico sobre una compañía en el sur de Inglaterra que hacía este material muy negro para la industria de la defensa. Es una especie de material anti espía.

Entonces encontré el nombre de la compañía y al sujeto que la dirige y le pregunte que si había pensado en esto como un material visual y me dijo ‘no, platiquemos’, entonces tuvimos una conversación y ahora hemos estado trabajando por dos años para tratar de desarrollar el material.

Estamos tratando de hacerlo en pequeños pedazos. Así que es un material muy notable. El otro día obtuve un pequeño pedazo de tela con este material y cuando lo doblas no puedes ver el doblez, es como un agujero, así que es como un material que no es un material. De verdad es maravilloso.

Es algo muy técnico, no es una pintura que sale de un tubo. Absorbe el 99.8% de la luz. La metodología detrás de esto es que es el objeto más oscuro del universo después de un hoyo negro. Es increíble.

Arqueología, Biología es la primera exposición de Anish Kapoor que llega a Latinoamérica y se podrá disfrutar en el MUAC hasta el próximo 27 de Noviembre.

¨¨¨Fotos por Miguel Lozano / Anish Kapoor