Sergio Ramos se ha convertido en el enemigo número uno de los hinchas del Liverpool, que consideran que el juego sucio del capitán del Real Madrid impidió que el club inglés ganara la final de la Champions.
Una de las jugadas más polémicas del partido fue el rifirrafe que mantuvieron Ramos y Mohamed Salah mientras luchaban por el balón en el minuto 30 de encuentro, y que obligó al egipcio a abandonar el campo a causa de una seria lesión del hombro.
Pero algunos aficionados y también varios expertos opinan que otro momento decisivo fue el codazo que el defensa español le propinó al final del primer tiempo al portero del Liverpool, el alemán Loris Karius, que vivió una de sus peores noches deportivas.
La jugada ocurrió en el minuto 49, con el 0-0 todavía en el marcador, cuando el defensa merengue se situó ante el guardameta y le golpeó. Como resultado, el arquero alemán cayó al suelo y empezó a gesticular para señalar que hubo codo. No obstante, ni el árbitro, ni el juez consideraron que hubiera falta, y mucho menos tarjeta.
Los medios alemanes han especulado con la posibilidad de que el golpe de Ramos afectara tanto al portero del Liverpool que este perdió la concentración y empezó a cometer un error tras otro.