Colombia decidirá su destino político este domingo 27 de mayo bajo la sombra del fraude, así lo señala Over Silgado, secretario ejecutivo del Movimiento Colombia Humana y Coordinador de la campaña política del candidato Gustavo Petro en Venezuela.
En una entrevista exclusiva concedida a El Ciudadano, el dirigente explicó que lo obsoleto del sistema electoral colombiano, donde el ejercicio del sufragio se realiza de manera manual, sería una de las condiciones que facilitaría la alteración de los resultados de la votación, desviando de esa forma la voluntad popular expresada en las urnas.
Enfatizó, que a pesar de encontrarse en su país más de 3 mil observadores internacionales, entre los que se cuentan misiones de organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA), Parlasur, Mercosur y una comisión técnica de la Unión Europea, el proceso electoral no ha sido verificado, ni auditado con la participación de estos en ninguna de sus fases por la negativa del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Denunció como otro elemento a considerar las maniobras para impedir la presencia de testigos en las mesas electorales y centros de votación.
Indicó, que el abanderado del movimiento Colombia Humana, Gustavo Petro lidera por encima del 60 por ciento la intención de votos en todos los sondeos de opinión de Colombia.
Por lo que, a su juicio el fraude electoral se ejecutaría para forzar una segunda vuelta, donde la derecha conformaría una coalición entre los candidatos del uribismo Iván Duque, de la oligarquía Germán Vargas Lleras y de la ultraderecha Sergio Fajardo.
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Fachada democrática
Carlos Ramírez Integrante del Congreso de los Pueblos, capítulo Venezuela insistió que Colombia proyecta una fachada al mundo como la democracia más antigua de la región, la cual está muy lejos de ser en la práctica.
“la historia de Colombia tiene diferentes momentos y está llena de sucesos en los que el pueblo buscando mecanismos de participación ha sido brutalmente reprimido y asesinados sus liderazgos”, precisó a El Ciudadano.
Describe a la sociedad colombiana, por una parte, profundamente incrédula en la política planteada desde los partidos tradicionales controlados por la oligarquías e intereses empresariales trasnacionales y por otro lado, condicionada por los medios de comunicación, desde donde con campañas de miedo inclinan las posiciones a favor de los intereses del capital.
Señaló, que Colombia representa para el Imperialismo un anclaje colonial de dominio hacia la región, porque históricamente ha sido punta de lanza para la geopolítica en la desconstrucción de bloques latinoamericanos progresistas.
De allí que considere que detrás de este proceso electoral existe una maquinaria industrial corrupta que maneja grandes cantidades de capital nacional y trasnacional “para poner cabezas políticas a favor de los intereses empresariales”, situación que no permite que “el juego sea limpio.”
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Afirmó, que la compra de votos, el miedo, el terrorismo, expresado como ejercicio de presión militar en muchos territorios, además de la persecución y amenazas a la que son sometidos algunos sectores por poderes paramilitares, impedirá a la población salir a votar libremente.
“Se hace muy fuerte (…) Bien sea para que voten por un candidato o para que la gente no salga a votar, eso sigue siendo una realidad en Colombia especialmente en zonas rurales pero esa dinámica se ve cada vez más en las ciudades”, puntualizó.
Por último, agregó que el sistema electoral de su país no solamente es atrasado con muchos vacíos tecnológicos, sino que las elecciones han sido marcadas por un nivel muy alto de abstención histórica.
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Source: El Ciudadano