El papa Francisco siempre ha tratado de llevar su mensaje humanista más allá de la comunidad católica. Y el cine, de la mano del director alemán Wim Wenders, le ofreció una tribuna idónea.
“La única arma” del pontífice argentino son las palabras, afirma Wenders en su documental “El papa, hombre de palabra”, co-realizado por el Vaticano y presentado el domingo en el Festival de Cannes.
Pero estas son poderosas, porque “predica con el ejemplo”, asegura el director de grandes documentales como “Buena vista social club” y “Pina”.
Desde el medioambiente hasta la pedofilia, pasando por las relaciones de familia y el drama de los inmigrantes, el papa aborda los asuntos urgentes que ponen en peligro el futuro de la humanidad y ofrece, de forma simple y clara, su visión para afrontarlos.
“No hay que tener miedo a la palabra revolución”, arenga el primer pontífice latinoamericano de la historia.
- El hombre que mira a los ojos –
El espectador lo acompaña en varios viajes a América Latina, su visita a los refugiados que llegan desesperados a la isla griega de Lesbos, a los damnificados de un tifón en Filipinas o a los prisioneros de una cárcel italiana.
Pero sobre todo ve a Francisco cara a cara, cuando se dirige fijamente a la cámara de Wenders. Su semblante es a veces preocupado, pero la sonrisa no le abandona a lo largo de la hora y media de documental.
“Cuando lo miras, ves a un hombre que ama a la gente. Es honesto y tiene valor. (…) Siempre mira a los ojos y cuando dice que todos somos iguales, lo cree de verdad”, dijo Wenders a varios periodistas en Cannes, entre ellos la AFP.
El director, que se define como un cristiano ecuménico y confiesa su admiración total por el protagonista de su documental, explicó que el Vaticano le propuso por carta el proyecto al final del primer año de pontificado de Francisco, en 2013.
Juntos rodaron ocho horas de entrevistas en la Santa Sede. “Al final de cada una de ellas, estábamos agotados”, relató.
La cinta sin embargo apenas cuenta nada de su biografía ni busca exponer quién es Jorge Bergoglio, de 81 años.
El papa tampoco aborda en ella su día a día en el Vaticano, ni su relación con la Curia o las tensiones con el ala más conservadora.
- Las “enfermedades” de la Curia –
Wenders rescata no obstante de los archivos unas imágenes elocuentes, al principio de su pontificado, cuando se dirige a la Curia, mencionando una a una todas las “enfermedades” de que adolecen sus miembros: ambición, avaricia, pretensión de inmortalidad…
“Uno puede ver cómo se tensan algunos cardenales, ambiciosos y ricos, pero otros parecen decir ‘Sí, es por esto que te elegimos'”, afirma el director.
Para este cineasta, “muchos en la Curia, creen que (Francisco) está yendo demasiado rápido, demasiado lejos. Al contrario, yo creo que tiene un pie en el freno para lograr que lo acompañen”.
El papa, prosigue, “no tiene miedo”. “Sabe lo que hay que hacer y quiere llegar lo más lejos posible sabiendo que ya no es tan joven”.
Wenders defiende que la película permitirá llevar el mensaje universal del papa a todas las comunidades.
“La cinta no cambiará el mundo. Pero este papado está cambiando el mundo. Hay mucha gente de buena voluntad en el planeta (ateos, budistas…) Todos pueden sacar algo de la película”.
El papa no obstante le avisó que seguramente no la verá: “No le gusta mirarse”.