La cinta “Yo” tendrá su estreno en junio tras recorrido por festivales

Una cinta poco esperanzadora y trágica es “Yo”, de Matías Meyer, que llegará este 3 de junio a salas comerciales y circuitos culturales, luego de una nutrida presencia en festivales tanto internacionales como nacionales, entre ellos el de Morelia, donde obtuvo el Premio a Mejor Largometraje y Actor.

Previo a su estreno, Meyer compartió que con esta corrida, suelta la película para que haga lo suyo y conquiste o no al público, aunque le augura un buen recibimiento porque se trata de una historia entrañable, en la que te encariñas con el personaje.

“Lo que más me llamó la atención de esta película, la cual está basada en un cuento del escritor francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, es que el propio personaje está contando su historia y que en ella hay mucha ansiedad.

“Y es que te preguntas constantemente en qué momento se va a volver una tragedia y te vas encariñando con el personaje por lo que le sucede, entre otras cosas por la relación que él tiene con las mujeres y su despertar sexual, tema que me intereso mucho”, anotó.

De acuerdo con el director, quien ya trabaja en su próxima película, el mensaje de “Yo” es que “más allá de las apariencias tenemos un mundo muy rico”.

Satisfecho por lo que ha conseguido la película, Meyer consideró que poco a poco ha ido aceptando y soltando “Yo”, por lo que al final quien juzga es el público y el tiempo.

Inspirada en el cuento del escritor francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2008, la película tiene como protagonista a “Yo”, un joven fuerte con habilidades mentales limitadas que, aunque asegura tener 15 años, aparenta tener más.

“Yo” vive y trabaja en el restaurante de su madre a un costado de la autopista, pero un día conoce a “Elena”, una niña de once años que cambiará su vida por siempre.

Raúl Silva, quien da vida a “Yo”, aseguró que en este su debut como actor le fue muy difícil dejar fluir lo emocional del personaje y también la parte física, porque al trabajar en una cantera, tenía que levantar carretillas cargadas.

No obstante, lo más complicado fue reencontrarme con los recovecos emocionales, que si bien los tenía conscientes, “me metí en lagos de emociones negativas”, anotó.