Mohamed Salah, la estrella de Liverpool, se tira al piso, frustrado. Es el minuto 88′ del duelo entre Egipto y el Congo, en el coloso estadio Borg el Arab, en Alejandría, y Arnold Moutou acaba de anotar el tanto del empate. Con ello, el país de las pirámides tendrá que ver el Mundial por TV una vez más, tal como lo ha hecho desde 1994.
Pero en el minuto 93′ el talentoso Trezeguet es derribado dentro del área congoleña y Salah toma la pelota. En sus pies tiene la posibilidad de acabar con 28 años de angustia. Toma carrera y la clava al costado derecho.
Mohamed Salah es un ídolo en su país. No sólo por entregarles la agónica clasificación al Mundial de Rusia 2018, si no que también por llevar a Egipto a lo más alto con sus 29 goles en la Premier League, que lo tienen como el máximo goleador y aspirante a la Bota de Oro. El hombre nacido en Basyoun está en su mejor momento y tan sólo tiene 25 años.
Esa popularidad fue registrada de una curiosa manera en su país natal. Para las elecciones presidenciales, y en un acto de desaprobación con los candidatos existentes -Abdel-Fattah al-Sisi, quien iba por la reelección, y Mustafa Moussa-, los electores tacharon sus nombres y escribieron el del ariete del Liverpool.
Y así como en la fotografía, más de un millón de egipcios lo hicieron. El boicot, que además significó sólo un 42% de participación del electorado, fue tan “exitoso” que Salah incluso le ganó al candidato de la oposición. Así, y con los número oficiales aún sin publicar, Mo obtuvo un 5% de los votos, en contraste con el 92% de al-Sisi y el 3% de Mustafa.
No contento con este “triunfo”, Mohamed saltó al Selhurst Park y en el 84′ marcó el 2-1 definitivo ante el Crystal Palace, para así sumar su 29º gol en la máxima competición inglesa.
Salah, el rey de Egipto.
Source: UPSOCL