“Estimados padres de familia de América o en cualquier otro lugar: como persona no conforme con el género, recibo mucha atención, tanto deseada como no deseada, cada vez que ando en público. Varía desde gente riéndose de mí, agrediéndome verbalmente o tomando mi foto sin mi consentimiento, hasta gente que me detiene a mitad de camino para exclamar ‘Dios mío, me encanta tu atuendo’. Pero un tipo de atención se destaca por encima del resto: la atención de niños confundidos. Comencé a notarlo cuando me mudé a la ciudad de Nueva York a la edad de 22 años”, reza el potente mensaje de Jacob Tobia, quien a través de su confesión busca abrirle los ojos a aquellos padres que insisten en cubrirle los ojos a sus hijos y esconderles el panorama de la sociedad actual.
La identidad de Tobia, de 26 años, ha logrado traspasar fronteras a raíz de la bandera de lucha que ha levantado a nivel mundial por los derechos y la inclusión de la comunidad LGBTQ, que hoy es objeto de represión y discriminación, especialmente la población de transexuales, quienes son, en los peores casos, castigados socialmente con la muerte.
Pese a las barreras que Jacob ha logrado derrocar en los últimos años y gracias a su activa participación en foros de debate, las personas disconformes de género continúan siendo reprimidas e imposibilitadas de vivir una vida normal como cualquier otro ciudadano en el mundo.
Su apariencia física, considerada peculiar, hace que la gente fije su mirada en ellos y ellas día tras día, hecho que reafirma el desconocimiento que existe en torno al tema, especialmente desde la población más joven. Debido a la incomodidad prácticamente generalizada que existe para discutir sobre la transexualidad, los niños tienden a criarse en un mundo exento de respuestas que podrían permitirles entender la realidad instalada en la sociedad actual.
Recientemente y a través de Buzzfeed, Tobia exteriorizó una carta abierta dirigida a los padres que prefieren callar en lugar de interiorizar a sus hijos sobre la diversidad propia del ser humano. Ésta surgió luego de asistir a una conferencia en la ciudad de Orlando, en donde fue rodeado de miradas de niños confundidos, quienes en su mente no hallaron algo que explicara por qué Tobia salió a la calle vistiendo vestuario femenino y con lápiz labial.
La mayoría de los padres les hicieron entender que no era bueno hablar de los extraños, por lo que las dudas persisten. Además de no ser capaces de decodificar el mensaje que exhibe Tobia, los niños tendieron a asociar algo negativo con la imagen luego de captar que ésta le produjo incomodidad a sus padres.
“¡Mamá, ese hombre usa lápiz labial!” = ¿Es eso aceptable?
Tras dar su discurso en un hotel de Orlando, Tobia fue asediado socialmente por un sinfín de niños, quienes a través de sus miradas intentaban encontrar una respuesta a la incertidumbre que suscitó ver a un hombre vestido de mujer. La mayoría recurrió a sus padres, quienes en voz baja respondieron: “No es bueno hablar de extraños”.
“Después de mi discurso de apertura, luciendo labios púrpuras audaces, bañadores y una bata de baño, me dirigí a la salida del hotel. Fue entonces cuando noté que los ojos de los familiares me seguían; los niños volvían a mirarme descaradamente. Nunca habían visto a alguien como yo en Michigan, Spokane o Wichita. Algunos niños se quedaron boquiabiertos, otros se sobresaltaron asustados, otros rieron de manera curiosa y empática. Pero la reacción más común fue que sus hijos, al percatarse de mi expresión de género, se volvieron hacia ellos y exclamaron algo así como: ‘¡Mamá, ese niño usa lápiz labial!’ o ‘¡Mira, papá! ¡Mira lo que lleva puesto!’”.
La reacción de vergüenza que se apoderó de aquellos padres, permitió que esta vergüenza fuera transmitida hacia los niños tan sólo por preguntar. Pese a no tener respuestas, los niños se percataron que algo andaba mal con ese tipo, quien se paseaba con vestuario de mujer. Lo que hizo que Tobia entendiera que es allí, en ese preciso momento, en donde emergen los verdaderos problemas que hoy asechan a todos quienes se manifiesten como diferentes, ya que ese momento será recordado por el menor, quien cada vez que vea a alguien como Jacob recordará la incomodidad y vergüenza que sintió su madre o padre al presenciar tal escena.
“Padres, he decidido que necesitamos tener una pequeña charla, porque pueden hacerlo mejor que eso. Tienen que hacerlo mejor. Me lo debes a mí, a la comunidad trans y al desarrollo emocional de tus hijos para que se desempeñen mejor. Cuando tu hijo se volvió hacia usted y le dijo “¡Miren, ese hombre usa lápiz labial!”, lo que realmente estaban haciendo era preguntar. ¿Es eso aceptable?”.
Al negar una conversación a raíz de la propia incomodidad, se niega también la posibilidad de que el niño pueda desarrollarse emocionalmente en un mundo el cual coexiste junto a la diversidad propia del ser humano y su desarrollo. Ese niño crecerá junto a la idea de que sólo hay un camino correcto y que el estigma social debe ser vinculado a todo aquello que no se ajuste a las normas de lo conocido, las normas que formaron una sociedad en donde las diferencias yacían invisibles.
“En lugar de eso, intenta responder la pregunta que realmente están haciendo; intente hablar con ellos sobre la hermosa diversidad de la expresión de género en nuestro mundo. Prometo que no es tan difícil. Podrías decir “Sí, Johnny, a veces los chicos se ponen lápiz labial y eso está perfectamente bien. ¡También puede usar lápiz labial si lo deseas!”.
“La próxima vez que me veas de pie en el metro con un par de tacones o pavoneándome en la piscina con labial morado y tu hijo diga algo al respecto, te doy permiso completo para usarme como una oportunidad de enseñanza”.
Lo que una conversación sincera puede evitar
En los últimos años, múltiples estudios coinciden en que la tasa de suicido juvenil ha experimentado una escabrosa alza, especialmente entre la comunidad transgénero. De acuerdo a un estudio de The Williams Institute, realizado en el año 2014, un 4,6% de adolescentes en Estados Unidos han atentado o intentado atentar contra sus vidas al menos en una ocasión, sin embargo ésta alcanza niveles aún más escalofriantes al referirse a la población de personas disconformes con su género.
El 41% de quienes han exhibido públicamente una disconformidad en cuanto al género con el que nacieron, han tenido acciones suicidas tras ser severamente atormentados por su alrededor.
Source: UPSOCL