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viernes, septiembre 20, 2024

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10 trucos mentales para adelgazar. ¡Es posible perder peso sin nada de dietas ni ejercicios!

Yo también pensé que se trataba de un engaño y hasta reí pensando que era imposible adelgazar con la mente. Pero luego me detuve a mirar las estadísticas y los “trucos” y creo que realmente tienen sentido. Primero que todo, estas son las razones por las que no adelgazas:

– De acuerdo con algunos estudios, solo el 20% de las personas mantienen un plan de alimentación para perder peso a largo plazo. Esto quiere decir que, el 80% de las personas renuncian antes de ver los resultados.

Las dieta hacen que seas más propenso a sentir estrés. Y el estrés es un factor que puede desencadenar obesidad. Si nos sentimos agobiados, vamos a querer consumir más grasa o azúcar.

– Cada decisión consciente sobre lo que comes, representa un gran esfuerzo mental. Cuando lo haces, estás luchando contra los hábitos grabados en tu cerebro. Esa sobre-exigencia, hará que abandones todo rápidamente.

– Además, crees que adelgazar es el producto final, pero la verdad es que el único objetivo que necesitas para lograrlo es “comer mejor”. 

Ahora que tenemos las ideas claras, es hora de poner en marcha estos trucos.


1. Usa platos más pequeños y vasos más grandes

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Cuando usas platos muy grandes, inconscientemente te sirves porciones más grandes. Es fácil engañar al cerebro en temas visuales, por lo que con un plato más pequeño, puede que te sirvas la misma porción que en otro, pero tu cerebro pensará que es mucho más y se sentirá satisfecho.

Por otra parte, usar vasos más grandes hará que tomes más líquido y con eso terminarás comiendo menos. Puedes consumir bebidas sin azúcar o jugos naturales, pero recuerda agregarles algo de agua para que no sean calorías concentradas.


2. Cuenta el número de veces que masticas tus alimentos

Empieza a hacerlo como un juego que te ayuda a saborear tus alimentos y a comer con más atención. Luego trata de aumentar el número en cada bocado. De esta forma, evitas comer más de la cuenta y te sentirás más satisfecho sin sentirte a punto de explotar.

Por otra parte, masticar mejor los alimentos ayuda con el metabolismo. 


3. Nunca comas directamente del envase

La base de la buena alimentación es controlar las porciones y la mejor manera de hacerlo es con porciones conocidas. Se ha demostrado que comer directamente del envase, ocasiona que perdamos el control sobre la cantidad de alimentos que vamos a consumir.

Así que utiliza tazas o cucharas de diferentes tamaños, para que controles visualmente lo que vas a comer.


4. Divide el gran envase en otros más pequeños

 

Seguramente recuerdas cuando estabas en el kinder y tu colación siempre venía en bolsitas pequeñas. Un truco es hacer lo mismo que en ese tiempo: colocar tus alimentos en pequeñas bolsitas de plástico o recipientes chicos. Esto te ayuda a sentir como si te comieras el envase completo y tu cerebro lo procesará de la misma forma.


5.  Deja los alimentos saludables a la vista

Nuestro cerebro elige aquellos alimentos más al alcance y si tenemos el cuidado de tener alimentos saludables listos para comer, estaremos decidiendo mejor el 100% del tiempo.


6. Visualiza un botón de pausa dentro de ti

La próxima vez que sientas un poderoso imán hacia ese tarro extra-grande de helado, imagina que tienes un botón de pausa dentro de ti. Congélate y trata de esperar unos minutos y antes de presionar el botón de play para sacar el helado, vuelve a pensar si todavía lo quieres, si en realidad tienes hambre o si es una buena decisión.

Los atracones y muchas decisiones poco saludables de comida, son impulsivas, por lo tanto, tener un botón de pausa imaginario puede ayudarte a controlarlo de una forma efectiva.


7. No te prohibas ningún alimento solo reduce la porción y come sin culpas

Cuando nos prohibimos algo e intentamos eliminar ese pensamiento, sólo ocasionamos que aparezca más frecuentemente. Por ejemplo, cuanto más trates de reprimir el hábito de comer papas fritas, más relevante se vuelve para tu mente. Lo que hace que el pensamiento aparezca continuamente y de forma más fuerte, lo que genera el antojo y me conduce a comer más papas fritas.

 


8. Imagínate comiendo antes de comer

Pensar en comer una bolsa de dulces hace que sea más probable que comas menos cuando realmente empieces a comer, de acuerdo con un estudio de 2010. La clave está en pensar que comes ese alimento en lugar de pensar solo en este.

Por ejemplo: piensa en lo bueno que un vaso helado de agua fría te hace sentir en un día muy caluroso cuando no has bebido nada durante horas. De pronto, la sensación se asocia con un placer emocional intenso, que desaparece poco a poco. Eso se llama habituación y conduce a una disminución de la respuesta de la dopamina que hace que el beber ese vaso helado de agua que imaginaste, sea menos placentero. Pasará lo mismo con la comida.


9. Haz una lista de distracciones

Este puede ser un plan alternativo cuando el botón de pausa no funciona. Tener una lista de distracciones, te ayuda a decidir rápidamente qué hacer para distraerte y evitar un atracón.

La lista puede incluir cualquier cosa: jugar, hablar con una amiga, dar un paseo, leer, escuchar música, lavarse los dientes, tomar agua, lavar los platos, revisar tu correo etc.

 


10. Lleva siempre un snack saludable de emergencia

El hambre entre comidas es la peor consejera. Tu hambriento estómago hace que el donut, la bolsa de dulces o las papas chips se vuelvan alimentos muy atractivos e irresistibles en ese momento.

Los snack’s o colaciones poco saludables son una de las razones principales detrás del aumento de peso.

Source: UPSOCL

Erre&ErreRedacción
Erre&ErreRedacciónhttp://www.mexicoahora.com
Lic. en Sociología. Editor de noticias. Con amplia experiencia en servicios de contact center.

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