CIUDAD DE MÉXICO
Su rostro denota seriedad y cansancio, sus facciones dejan ver que no fue una mañana positiva, a José Miguel Chávez Mess no le gusta perder. La derrota que tuvieron los Condors frente a la Mexicas 19-36, en la primera fecha de la Liga Profesional de Futbol Americano, LFA, expone el porqué de su actitud. En conferencia de prensa el quarterback de 25 años externa que su debut con los Condors no lo vislumbraba de esa forma, él quería ganar.
Pese a que está serio e incluso molesto, contesta uno a uno los cuestionamientos de los representantes de los medios de comunicación. A pesar del marcador adverso, Chávez Mess tuvo una actuación sobresaliente en su primer partido como profesional al conectar tres pases de anotación. Su desempeño en el terreno de juego, ahora defendiendo el oro y el negro de los Condors, hace recordar aquellas mañanas de gloria en su etapa colegial con los Pumas CU años atrás.
De nada sirve contribuir con tres anotaciones si no ganas. Tenemos que ejecutar bien los cuatro cuartos si queremos llegar al objetivo”, dice sin recato, confirmando que la mañana del domingo 18 de febrero no fue la mejor. Pese al marcador adverso, el quarterback deja en claro que el objetivo del equipo oro y negro es jugar el Tazón México III el 22 de abril en el Estadio Ciudad de los Deportes, mejor conocido como el Azul.
La seriedad en la forma en cómo responde a la prensa contrasta con su alegría y emoción al charlar con este reportero, días antes de su agridulce debut, la mañana del viernes 9 de febrero. Aquel día José Miguel planteaba que su incursión en el profesionalismo estaba descartada, pues al concluir su elegibilidad con los Pumas CU enfocaría toda su atención para ejercer como contador financiero, sin embargo, no pudo negarse a la invitación que le hicieron los Gijón Mariners de España para enrolarse en la liga semiprofesional del país ibérico.
Al terminar mi ciclo en Pumas CU yo mismo dije que era hora de ejercer mi profesión y dejar atrás el futbol americano como jugador, pero a las pocas semanas de que terminara la temporada, el español Pablo Caso —exjugador de Pumas CU— me invitó a jugar a Gijón. De inmediato acepté”, recuerda.
– ¿Por qué irte a España cuando por regla podías jugar un año más como colegial?
Nunca me hice el propósito de jugar más de cinco años como colegial, además mi último año no fue de lo mejor desde el punto de vista deportivo, mi rendimiento fue a la baja. Creo que en ese momento los cambios en el staff y en la parte administrativa de la UNAM me hicieron entender que mi ciclo en los Pumas había llegado a su fin. Quizá, me hubiera gustado irme con un campeonato, pero no fue así”, apuntó.
Pese a que no cerró en lo más alto su etapa colegial Chávez Mess logró retomar su nivel de competencia con los Gijón Mariners con quienes no sólo lideró la ofensiva, sino también fungió como coach en todas las categorías de la organización. “Estar en España me hizo reencontrarme con mi verdadero nivel de competencia. Siendo honesto, al salir de Pumas me sentí un poco desgastado porque el nivel de competitividad y exigencia en México demandaba mucha atención física y mental. Al llegar a España todos los integrantes de los Mariners me recibieron increíble y me arroparon, eso me permitió desarrollar y disfrutar mi verdadero nivel de juego sin presión alguna, pero además pude transmitir parte del conocimiento que tengo del futbol americano al apoyar como coach”.
Los Galácticos
A la edad de siete años José Miguel comenzó a jugar futbol americano en Ciudad Universitaria donde labró una de las historias más exitosas del deporte de las tacleadas. El futbol americano es parte del ADN de Chávez Mess, su padre, Jesús El Tano Chávez, fue un símbolo en la UNAM, vistió los colores oro y negro de los Cóndores CU y el azul y oro de los Pumas, con ambos equipos lo ganó todo. Pese a que a que el padre de José Miguel es considerado uno de los jugadores históricos de los Pumas de la Universidad, éste no tenía la menor idea del legado que lleva en su sangre cuando comenzó a jugar.
Llegué a CU por mi hermano, a esa edad no sabía exactamente qué representaba mi papá en Pumas, supe que había jugado por él, pero nunca me dio detalles de su trayectoria. Recuerdo que lo único que le pregunté fue por el número que usó como jugador, el 19, el cual desde niño he usado en toda mi trayectoria”. José Miguel volvió inmortal el número con el que brilló El Tano, al igual que su padre lo ganó todo, incluso, lo superó.
Chávez Mess es parte de una de las generaciones más ganadoras en el programa de Ciudad Universitaria, pues logró seis campeonatos de infantiles con los Pumas en la liga Fademac. Gracias al éxito su generación fue bautizada por la prensa especializada como Los Galácticos.
La racha de triunfos no paró, pues al subir a juvenil con los Tigres del CCH-Sur, José Miguel ganó un campeonato de la categoría, en intermedia dos títulos nacionales. Sus logros deportivos con la UNAM le permitieron reflectores a nivel nacional, así como también por otros programas colegiales, los cuales le ofrecieron una beca deportiva para dejar Ciudad Universitaria. Sin embargo, el joven quarterback rechazó las ofertas del Tecnológico de Monterrey campus Monterrey y la Universidad de las Américas de Puebla, UDLAP, pues consideró que él quería consagrarse con los Pumas en Liga Mayor.
Fui a la UDLAP, el coach Eric Fisher, entrenador en jefe de los Aztecas, me ofreció una beca atractiva, me dejó ver que en Puebla podría desarrollarme deportiva y académicamente. Lo mismo pasó con Borregos Monterrey, me ofrecieron todo. Sí, me vi tentado a irme a Puebla, pero al regresar a CU me di cuenta de que ya tenía un proceso con los Pumas, con mis compañeros con los que trabajé años desde infantiles, es decir, ya tenía una historia forjada. Aquí —en la UNAM— no hay becas, no te dan nada material, pero sí desarrollan en el jugador el orgullo de vestir los colores azul y oro y cumplir mi sueño de jugar en el Estadio Olímpico”.
El quarterback logró su cometido, fue bicampeón con los Pumas en las temporadas 2013 y 2014. Varios jugadores de Los Galácticos formaron parte de ambos títulos. Esa generación ganó todo lo posible hasta ese momento en el futbol americano nacional, al no existir una liga profesional.
Pumas de oro y negro en la LFA
A su regreso de España el quarterback ahora sí tenía claro que su trayectoria en el futbol americano había llegado a su fin. No obstante, unas semanas antes del combine de la LFA para agentes libres, Santino Fernández, exjugador de Pumas CU y de la generación de Los Galácticos, buscó al pasador para que asistiera a las pruebas para la tercera temporada, la respuesta de Chávez Mess fue un rotundo “no”, pese a la insistencia de su compañero y amigo.
Santino tuvo un gran peso en mi decisión para que regresara, me insistió en diversas ocasiones. Al final, accedí, porque me hizo ver que varios jugadores de nuestra generación con los que fuimos campeones en 2014 buscarían un lugar en los Condors. Lo cual me dejó pensando que podía volver a jugar con ellos, pero, ahora, en otra etapa”.
José Miguel expone que al final del día el regresar al emparrillado, ahora, en la LFA sólo sería vistiendo los colores de los Condors, pues esta escuadra profesional se hizo inspirada en los desaparecidos Cóndores de la Universidad, por lo que el ADN de la UNAM tiene un fuerte peso en el equipo, no sólo por la gran cantidad que tienen de jugadores salidos de CU, sino que también por lo que representa el head coach, Félix Buendía, exjugador de Pumas CU y el coordinador ofensivo, Ulises Gutiérrez. Este último fue uno de los últimos jugadores de los Cóndores de CU.
– ¿Qué esperas de la LFA?
Es una liga que va creciendo y está muy bien organizada por lo que habrá una gran competencia con todos los equipos, será un gran reto jugar, otra vez, contra Mata Charles —quarterback de Dinos—, pero también contra Bruno Márquez —ex compañero de Pumas CU—, a quien nunca imaginé enfrentar. Pero lo que me emociona más es poder volver a compartir un campo con mis compañeros con los que crecí y forjamos una historia deportiva, por eso estoy aquí”, indicó.
El gen ganador de José Miguel lo hacen llegar a la LFA con el único objetivo de ser campeón e inmortalizar el número 19 en el profesionalismo, el cual ha portado en toda su carrera como jugador. “Quiero estar el 22 de abril en el Tazón México y ser campeón, quiero jugar en el mismo lugar donde mi padre defendió los colores oro y negro de los Cóndores, pero en mi caso con los Condors”.
cmb
Source: Excelsior