Dejando de lado cualquier pena intensa que sienta nuestro corazón porque el príncipe Harry está comprometido, hay que dejar algo muy en claro: Meghan Markle es mucho más que simplemente la novia y futura esposa de Harry. Reducirla simplemente a ser la “novia de” es una ofensa, prácticamente una burla, para todo el trabajo y luchas que ha encabezado la actriz de 36 años.
Durante su vida, Meghan se ha caracterizado por ser una mujer feminista y activista, que no sólo lucha por los derechos de las mujeres y una sociedad más igualitaria, sino que también ha alzado la voz sobre los problemas que viven las personas biraciales, como ella.
Su padre es Thomas Markle, un director de fotografía caucásico y su madre, Doria Ragland, una trabajadora social afroamericana. Durante años, Meghan tuvo complicaciones para identificar su identidad racial porque la sociedad seguía diciéndole que debía ser lo uno o lo otro, siendo que ella se sentía parte de ambos.
Lo mismo pasaba cuando audicionaba para roles: no era lo suficientemente negra para los de color ni demasiado blanca para los caucásicos.
Así que desde joven alzó las voz contra estas cosas, hablando libremente sobre temas de igualdad e identidad racial para tratar de hacer una diferencia, de ocupar la fama que comenzaba a tener para hacer cambios en el mundo.
Ha escrito ensayos y participado en campañas humanitarias, teniendo un fuerte rol como embajadora de ONU mujeres y siendo participe de viajes de concientización. En enero viajó a India y escribió un artículo para Time donde habla de lo necesario que es la salud menstrual, algo que en muchas partes del mundo damos por sentado y que otras mujeres no tienen.
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Incluso su papel en Suits representó en su momento un gran avance en Hollywood: las mujeres biracionales no eran tan tomadas en cuenta, menos para roles protagónicos de las “chicas soñadas”, que solían ser solo para mujeres blancas, rubias y de ojos de color.
Desde todas las plataformas que puede, Meghan lucha por el empoderamiento de la mujer, la igualdad de género, la defensa de la diversidad racial y todas esas cosas que la convierten en una persona que merece mucho más que ser llamada simplemente, como la “novia del Príncipe Harry”.
Source: UPSOCL