En medio de la situación política que vive Cataluña, el Barcelona camina en la cuerda floja entre los independentistas que le piden más compromiso y su universalidad, con aficionados de distintas sensibilidades en el resto de España y el mundo.
“Nuestra posición es muy clara, queremos diálogo, que se dialogue en una mesa” para solucionar el conflicto en la región, reiteraba el presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu, en sus apariciones públicas.
Antes del encuentro por la Champions League, el Barça desplegó una gigantesca pancarta en la que se podía leer “Diálogo, respeto y deporte” para reiterar el posicionamiento que adoptó tras los sucesos del primero de octubre, cuando la acción policial para impedir un referéndum de autodeterminación, prohibido por la justicia española, disparó las protestas en esa región nororiental de España.
El Culé se unió a las mismas jugando ese día a puertas cerrada su partido de Liga contra Las Palmas, tras un debate interno que se saldó con la posterior dimisión de dos directivos, partidarios de no jugar el encuentro.
El club azulgrana llamaba pocos días después al diálogo, pero la encarcelación de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, líderes de las asociaciones independentistas Omnium Cultural y Asamblea Nacional Catalana, respectivamente, reavivaron las presiones al club por el lado soberanista.
La contraposición
“Más Barça, menos política, la política al parlamento“, afirmaba la Federación de Peñas (grupos de aficionados) del Barcelona de la región de Castilla y León en su asamblea de septiembre. El miércoles varias peñas de la provincia noroccidental de León, emitieron un comunicado rechazando la posición del club al considerar que “la institución siempre debe ser ejemplo de respeto a la pluralidad de pensamiento de sus socios, a los que se debe, manteniéndole al margen de cualquier tema político”.
“En temas políticos, Bartomeu tiene una maldición encima: para unos se pasa, para otros no llega. Y haga lo que haga, nunca contenta a nadie“, señaló el diario El Confidencial, para el que fuera de Cataluña el presidente azulgrana tiene una imagen de independentista, mientras que para
estos es “como un elemento extraño”.
En esta situación, el presidente de la entidad afrontará la Asamblea General con los socios del club, un 92% de los cuales residen en Cataluña, en la que se deberá aprobar la gestión de la junta directiva. Pero, con unos ingresos récord previstos de 897 millones de euros (1.061 millones de dólares) y el equipo líder de la Liga española y primero de su grupo en la Champions, Bartomeu debería superar este trámite sin demasiados problemas, tras haber salvado ya una reciente moción de censura.
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Source: Infobae