De ocho balazos fue asesinado el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Sánchez Flores, luego de robarle su portafolio donde llevaba una computadora, un cañón para proyectar su clase y los exámenes que había practicado a sus alumnos.

Los presuntos responsables fueron tres jóvenes que llegaron y escaparon a bordo de una motocicleta de pista roja con blanco R6R; sin embargo, minutos más tarde de haber cometido el crimen, volvieron a pasar por el lugar.

Las primeas investigaciones de la Fiscalía de la Procuraduría capitalina en Cuauhtémoc señalan que, la noche del pasado martes, el catedrático de la UNAM (53 años de edad), salió de dar clase de matemáticas y física para luego abordar su vehículo, un Aveo color negro.

El profesor pasó al centro comercial para surtir la despensa y luego se dirigió a su domicilio ubicado en Ferrocarril de Cintura, entre Congreso de la Unión y la calle de Cobre, en los límites de las colonias 20 de noviembre y Morelos.

Alrededor de las 10 de la noche, al llegar a su casa, estacionó el vehículo afuera, tomó su portafolio y abrió la cajuela para bajar la despensa, al tiempo que llamó por teléfono a su hijo para que le ayudara con las compras

En ese momento, Jorge Sánchez fue sorprendido por tres sujetos que llegaron a bordo de una motocicleta de pista; dos llevaban cascos blancos y el tercero, uno fosforecente.

El que viajaba en la parte de atrás, descendió de la unidad, encañonó al catedrático y trató de arrebatarle el portafolio, pero forcejearon; ello provocó que el presunto delincuente accionara el arma de fuego hasta en tres ocasiones, haciendo blanco en el abdomen de Sánchez Flores, quien cayó al suelo mortalmente herido.

En una rápida acción, el homicida tomó el portafolio, subió a la motocicleta donde lo esperaban sus cómplices y, sin miramientos, volvió a accionar el gatillo en seis ocasiones contra el cuerpo del profesor con el fin de “rematarlo”.

Mientras que los asaltantes y homicidas se daban a la fuga, salió el hijo del catedrático y al verlo tendido mortalmente herido en el piso, pidió auxilio a vecinos y familiares, al tiempo que solicitaron la intervención de la policía y socorristas.

Debido a que el tiempo pasaba y la ambulancia no llegaba, la familia del profesor y los policías subieron al catedrático malherido a su vehículo y se trasladaron al hospital Magdalena de las Salinas; sin embargo, ya había fallecido, a consecuencia de las ocho heridas de bala que recibió en diferentes partes del cuerpo.

La familia del catedrático pidió justicia al procurador General de Justicia de la Ciudad de México, Edmundo Garrido, al asegurar que los tres responsables del crimen están identificados y que han cometido varios delitos en la zona y, hasta el momento, no los han podido detener.

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