En medio de los ataques rusos, los ucranianos están celebrando la Navidad por primera vez alejados de Rusia, tratando de encontrar un poco de alegría festiva.
Por primera vez, Ucrania está celebrando la Navidad en medio de una creciente separación con Rusia, mientras intenta encontrar algo de alegría festiva en medio de los ataques.
Un gran número de personas en Ucrania están celebrando la Navidad por primera vez en aproximadamente 100 años, lo cual representa otro paso hacia la distancia entre Ucrania y Rusia. A pesar de los ataques constantes y la separación de sus seres queridos, los ucranianos intentan encontrar algo de alegría festiva en este momento.
En el centro de Leópolis, la Plaza de los Ángeles está llena de villancicos mientras los residentes locales, vestidos de manera festiva, se han reunido para colocar un adorno navideño tradicional llamado "diduj", que está hecho de una gavilla de trigo.
Esto sucede dos semanas antes que el año pasado, después de que las principales Iglesias de Ucrania decidieran ajustar sus calendarios al del resto del mundo cristiano. De esta manera, se termina con el largo período de aislamiento que comenzó hace un siglo cuando Ucrania no logró proteger su independencia de la Unión Soviética dirigida por Moscú.
Oksana Mazar, una residente local, explica que desde hace mucho tiempo han tenido el sueño de celebrar la Navidad junto con el resto del mundo. Para ella, esta celebración se siente como algo natural y como debería ser.
El padre Roman, capellán militar de la Iglesia de la Guarnición de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, menciona que junto a otros cristianos, están pidiendo a Jesús que derrote la oscuridad que ha causado tanto daño en sus vidas, y que llegue la paz.
La Plaza de los Ángeles, recién bautizada, es el lugar donde se realiza diariamente una ceremonia de despedida a los soldados ucranianos caídos antes de su entierro.
El padre Roman ha estado viajando con regularidad al frente para brindar apoyo espiritual a las tropas y también trata de estar cerca de sus familias en estos momentos difíciles.
Unos soldados también se encuentran aquí, disfrutando de unos días de descanso para visitar a sus familias.
Mazar relata que nos informan que están luchando para que podamos seguir adelante con nuestras vidas y sufrir lo menos posible las consecuencias de la guerra.
A pesar de que todos se dan saludos y deseos de Feliz Navidad, según dice, en realidad no se puede ser feliz.
Mazar es una de las fundadoras de la Cocina de Voluntarios de Leópolis, donde se encargan de vender dulces navideños elaborados por voluntarios civiles. El objetivo de esta venta es recaudar fondos para poder preparar raciones de comida seca que son enviadas al frente.
A pesar de sentir que el ambiente está especialmente cargado durante las Navidades, ella sueña con alcanzar la victoria.
"Estamos experimentando numerosas pérdidas a causa de la guerra, la cual sigue en curso y no hay certeza de su finalización", explica.
"Para algunos de nosotros, podríamos sentirnos animados, pero también recordamos claramente las consecuencias que conlleva", destaca Mazar, quien al igual que muchos ucranianos, espera que la Navidad transcurra en paz, "sin más ataques ni sufrimientos".
En Ucrania, se han activado las alarmas aéreas debido a los ataques de Rusia en varias ciudades, y los enfrentamientos continúan a lo largo de la línea del frente.
La Fuerza Aérea ucraniana informó que dos aviones militares rusos fueron derribados antes de la Navidad.
Sin embargo, en las trincheras ha habido muy pocas oportunidades para festejar, ya que los soldados enfrentan el frío y el lodo, además de los ataques rusos y la inquietud por los retrasos en el apoyo militar extranjero.
La Navidad es a menudo una época en la que nos reunimos con nuestros seres queridos y amigos más cercanos, por lo que la separación de ellos puede causar mucho dolor a muchas personas.
Tetiana Shabli, una voluntaria civil, les escribe a sus amigos íntimos en el frente, deseándoles que regresen a casa sanos y salvos, ya que los están esperando con ansias.
El padre Roman destaca que son considerados santos porque no hay un acto de amor más grande que dar la vida por los demás.
Andrí Sadovi, el alcalde de Leópolis, cree que los soldados fallecidos son como guardianes celestiales que nos protegen desde el cielo. Él también forma parte de la ceremonia que se lleva a cabo en la Plaza de los Ángeles.
Sadovi afirma que los ucranianos están actualmente en una misión para eliminar la maldad del mundo. Tienen fe en su victoria y nunca se rendirán.
Con información proporcionada por la agencia de noticias
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