Washington.- El presidente Donald Trump anunciará mañana viernes un viraje en la política de Estados Unidos hacia Cuba que impactará fuerte los viajes de estadunidenses a la isla, en un retroceso del acercamiento iniciado por el expresidente Barack Obama entre los dos rivales de la Guerra Fría. La Casa Blanca calificó el cambio como el cumplimiento de una promesa hecha por el presidente Trump a los miembros de la agrupación de Bahía de Cochinos en Miami, tras recibir el endoso a su candidatura, y ciudad a la que regresará para hacer el anuncio ante un auditorio que lo acogerá con beneplácito. Los cambios restringirán el flujo de dinero al régimen, así como medidas para asegurar que la prohibición de viajes sea cumplida de manera estricta, aunque funcionarios del gobierno que hablaron con reporteros bajo condición de anonimato no ofrecieron detalles. El diario Politico reveló que bajo la nueva directriz, los estadunidenses que sean autorizados a viajar a la isla a partir de este viernes no podrán alojarse en ningún hotel manejado, controlado y sobre el que tenga intereses el Grupo Administrativo Empresarial S.A. o GAESA, usado por el régimen cubano. Los funcionarios dijeron que los cambios no afectarán el derecho de los estadounidenses que viajan a la isla para internar, mediante el pago de impuesto, productos cubanos como los afamados puros Cohiba. Igualmente Trump dejará sin cambio la suspensión decretada por Obama el 12 de enero del 2017 sobre el trato preferencial que la Ley de Ajuste Cubano dio por décadas a quienes huyeron de la isla y pudiera alcanzar el territorio estadunidense. Bajo la también llamada Ley de los pies secos y mojados, los inmigrantes cubanos interceptados en alta mar eran devueltos a la isla, en tanto que aquellos que alcanzaban las costas de Estados Unidos recibían de inmediato un permiso de trabajo y la residencia un año después. Aunque el impacto de estos cambios sobre los vuelos comerciales no fue discutido, los funcionarios parecieron indicar que la operación de los cruceros hacia la isla tampoco se verá afectada por el nuevo giro. Los cambios fueron fruto de la revisión de la política ordenada por Trump en febrero pasado, ante lo que, de acuerdo con estos funcionarios, consideró como un mal acuerdo de su predecesor. En este proceso de consulta participaron miembros del Congreso, así como el Departamento del Tesoro, la Secretaria de Comercio, la Secretaría de Agricultura, el Departamento de Transporte y de el Departamento de Seguridad Interna (DHS). De acuerdo con el gobierno, la nueva política bajo la administración Trump va a empoderar a los cubanos, a la vez que busca mermar los ingresos que recibe el régimen cubano a través del turismo. "Su principal motivación para el cambio fue que la política previa estaba enriqueciendo el ejército cubano y los servicios de inteligencia que contribuyen bastante a la represión en la isla", dijo una funcionaria de la Casa Blanca. Trump pronunciará su discurso en el teatro Manuel Artime en la pequeña Habana, nombrado en honor a unos de los cubanos que participaron en la fallida invasión de 1961 emprendida por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). A decir de los funcionarios, la expectativa de la administración es que después de este anuncio "el régimen de Cuba vea esto como una oportunidad para que implementen las reformas que prometieron año atrás". Notimex