Basto una insólita segunda votación para que el senador y gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, obtuviera la licencia que en un principio se le negó de manera rotunda en el Senado para volver a sus funciones cómo gobernador del Estado de Chiapas en los Estados Unidos Mexicanos.
Quizá una simple llamada, un favor en deuda, o una simple gentileza, fue lo que hizo que la mayoría de los senadores de morena, – quiénes ahora tienen el poder de votar en masa – tuvieran a bien reconsiderar su voto para en la segunda vuelta darle un sí mayoritario que le permite a Manuel Velasco estar como chapulín en la función pública mexicana cada que quiere y cada que así le sea conveniente a sus intereses.
Lo que ayer por la tarde planteamos como el primer logro de una bancada morenista esta mañana nos da muestras claras de qué no debemos si no esperar este tipo de decisiones de ultimo minuto como las que sucedieron ayer, donde no se sabe bien hacia dónde está la lealtad, o el interés interés mayor.
No debemos olvidar que Manuel Velasco fue de los que le dieron su apoyo al entonces candidato y ahora presidente electo Andrés Manuel López Obrador, y qué quizá haya sido necesario una llamada de atención del próximo mandatario para recordarle a su bancada qué tienen muchos favores que devolver, y que el salto de Manuel Velasco – es decir – sus violaciones y aplicación de las leyes a modo personal – es apenas el primero.
Hipotéticamente hablando, cierto.
Erre&ErreRedacción
