15.09.2017 | CDMX

Hemos recibido la trágica noticia de que la búsqueda por la chica Mara Fernanda ha cesado.

Su cuerpo sin vida ha sido encontrado y ahora su familia, amigos, y demás personas que directa o indirectamente hemos seguido la noticia nos embarga el dolor.

Es claro que a unos más que a otros, pero cualquier perdida de vida humana para nosotros, que formamos parte de la misma especie y luchamos por sobrevivir a ella debería dolernos cuando ocurre en circunstancias trágicas e injustas como esta.

Debe dolernos porque las circunstancias bajo las que ha muerto esta joven son inadmisibles. Un país como el nuestro debería ofrecer seguridad a sus habitantes. pero no solo eso.

México ha enfermado gravemente porque su sociedad también lo está. Hemos enfermado porque nos hemos hecho insensibles a la muerte trágica e injusta de las personas. En especial de las mujeres, este grupo que ha sido vulnerable ante el hombre a lo largo de la historia de la humanidad porque hemos aprendido a vivir bajo sistemas políticos y doctrinas económicas que nos han enseñado, equívocamente, que el valor de la mujer reside en su mero cuerpo físico y no así en la valía de su persona humana.  

Que si es una gorda, que si es una zorra, que si no tenía porque andar en un bar a altas horas de la madrugada, que si se prostituía y por eso le paso lo que le paso.

Una sarta total de estupideces que se dicen en las redes sociales porque hoy todos tenemos el derecho inalienable de expresarnos, pero lastimosamente esa libertad no vino acompañada de un pensamiento humano superior, sino que el odio y la violencia se han extendido como malditos virus que se propagan rápidamente por las mentes de las personas llenándolas de odio y de prejuicios, utilizando Facebook y otras redes para humillar y denigrar a las personas.  Maldita la hora en que la tecnología rebaso la capacidad del ser humano para distinguir el bien del mal.

Y henos aquí, muchos leeremos esta nota, pero las cosas seguirán exactamente igual. Así se nos va la vida, tratando de hacer, tratando de cambiar.

Mara ha sido asesinada a manos de un cobarde que por nada merece llamarse un hombre.

Un hombre es aquel que trabaja con el sudor de su frente, aquel que comparte el sustento con su familia, que reparte actividades del hogar con su mujer, hombre es aquel que educa a sus hijos.

Estos malditos asesinos son la escoria de la humanidad y han denigrado el valor del hombre como protector de la sociedad. Mejor sería que no hubieran nacido cobardes como el.

Ahora este sujeto esta tras las rejas, lo menos que le exigimos al Estado es que se le sancione con las leyes del hombre. Y si existe una Ley divina, también. 

Unknown

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Este articulo representa la opinion de su autor y no asi la de #NoticiasEcatepec