“¡Mi Dios!”, fue la exclamación del joven cuando en el visor de realidad virtual se vio en la cima de un edificio, ante un precipicio. Era la primera vez que probaba esta tecnología, a pedido de un amigo.
Empezó a caminar lentamente hacia adelante. Seguía invocando a diferentes deidades, en una clara muestra del pánico que sentía.
Pero el estallido se produjo cuando miró a un costado y vio a una araña gigante dirigiéndose a toda velocidad hacia él. Al grito de “¡no, no, no!”, dio medie vuelta y corrió directo hacia el televisor.
Sin darse cuenta de que nunca había abandonado el cuarto, sólo se detuvo tras atropellar a la pantalla, que quedó destruida. “¿Qué? ¿Acabo de romper tu maldita TV? Dios, Dios… ¡M…!”, exclamó. Su amigo, arrepentido para siempre de haberlo incitado a probar la realidad virtual en su casa.
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Source: Infobae