Alrededor del medio día del 22 de junio, Heather Barron llamó a emergencias a raíz de una presunta caída que había sufrido su hijo Anthony Ávalos de tan sólo 10 años, la cual lo había dejado inconsciente. Personal médico se aprontó al departamento ubicado en la ciudad de Lancaster, en California, y descubrió que las lesiones presentes en el cuerpo no correspondían a una caída.
Golpes, hematomas en la cabeza y múltiples quemaduras de cigarrillo fueron algunas de las heridas que fueron descubiertas a simple vista. El menor, que yacía inconsciente, fue trasladado hasta el hospital más cercano, en donde fue entubado y conectado a un respirador artificial. Debido a la gravedad de su situación, los médicos informaron que era prácticamente imposible una recuperación, por lo que al día siguiente del ingreso, el pequeño fue desconectado y murió a los pocos segundos.
El desafortunado deceso se ubicó en las noticias más vistas en el Estado de Los Ángeles y logró conmocionar a la población, entre quienes se encontraba la tía de Anthony, María Barron, quien aseguró a la prensa que en innumerables ocasiones denunció ante el Departamento de Infancia y Servicios Familiares de L.A las condiciones en las que vivía el pequeño, junto a sus siete hermanos, en la casa de su hermana. La presencia de moretones y las mismas declaraciones de los hijos de su hermana, quien vive con su novio, Kareem Leiva, la motivaron a hacer algo al respecto en el año 2015, sin embargo nadie actuó a tiempo.
De acuerdo a la investigación policial, un par de semanas antes del fallecimiento, el pequeño le habría confesado a su madre que le gustaban los niños, hecho que presuntamente habría desencadenado el ataque homofóbico por parte de su madre biológica y el novio de ella. De la misma forma, las declaraciones de la tía de Anthony fueron corroboradas a través del director del Departamento de Infancia y Servicios Familiares, Brandon Nichols, quien aseguró que el niño y sus hermanos habrían sido víctimas de abuso físico, sexual y psicológico.
“Revelar que era gay en un ambiente tan horrible sólo refuerza la idea de cuan valiente era Anthony. Él merece justicia, al igual que el resto de mis sobrinas y sobrinos. Ellos no merecen volver con ella“, manifestó María a Los Angeles Times.
Aparentemente, las acusaciones no sólo provinieron de su tía, ya que denuncias por parte del consejero escolar, el profesor e incluso otros miembros familiares, poseen registro en el Departamento encargado de recogerlas. Los reportes indican que los niños afectados, cuyas edades van desde los meses hasta los 12 años de edad, fueron objetos de golpes, abusos sexuales, forzados a golpearse entre ellos y a comer desde el tarro de basura.
Justicia para Anthony
En las calles de la ciudad de Lancaster y Los Ángeles, decenas de ciudadanos quienes conocían a Anthony, han desplegado carteles, globos y velas para rendirle un homenaje al pequeño que presuntamente murió a raíz de un crimen motivado por el odio.
Debido a que su madre, Heather Barron, y su pareja no han sido condenados por el crimen que presuntamente habrían perpetrado y por el delito de abuso infantil, quienes buscan hacer justicia por Anthony han creado un grupo en Facebook. Allí y con la ayuda de más de 2 mil personas, buscan exteriorizar los vejámenes de los que el menor y sus hermanos fueron objeto mientras estuvieron bajo la custodia de Barron y Leiva.
“Este grupo es para rendirle tributo a Anthony y para tenerlos al tanto de cualquier noticia sobre la investigación que aún se encuentra en desarrollo, a raíz de su muerte el 22 de junio de este año”, reza el párrafo que exhibe el propósito del grupo.
Cabe destacar que los hijos de Heather han sido trasladados hasta un centro de menores del Estado, lugar en el que permanecerán durante el transcurso de la investigación, la cual pretende levantar evidencia suficiente para probar el abuso que la pareja cometió en contra de los ocho menores de edad.
Source: UPSOCL
