No estoy seguro si hubo intención de causar escándalo o no, pero creo que alguien importante de la organización debería disculparse con aquellos que se sintieron ofendidos en sus costumbres y valores.
Desde que tengo memoria, se ha justificado el desnudo en películas, pinturas o dibujos como arte. Sin embargo, considero que esta justificación ha llevado al exhibicionismo y la falta de pudor a niveles escandalosos, con obras grotescas y de mal gusto. Los estándares de la belleza se han deteriorado tanto que las representaciones artísticas han perdido sensibilidad hacia temas y costumbres que son sagrados para ciertos grupos de la población mundial.
Estoy hablando de la representación que se realizó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, la cual ha generado controversia en todo el mundo. Los organizadores recrearon una escena similar a la Última Cena de Leonardo Da Vinci, pero con un resultado perturbador y poco atractivo para la mayoría de las personas. Aunque pueda ser considerado arte moderno, para muchos, incluyéndome a mí, no fue una representación agradable de presenciar.
Sin embargo, quiero profundizar aún más. Ahora voy a hablar sobre la falta de respeto que nos afecta a los cristianos, quienes comprendemos la importancia que tiene ese pasaje del Evangelio para nuestra fe, la cual ha sido gravemente afectada por este detalle que parecía ser inofensivo. El tema central de este análisis es la falta de sensibilidad de algunos, en este caso específico, los organizadores del evento deportivo mundial más importante, hacia los valores de los demás.
A menudo mostramos una falta de empatía hacia aquellos que nos rodean, y en este caso específico, se ha llegado demasiado lejos. No logro comprender por qué siempre se burlan del cristianismo y de sus símbolos. Me pregunto, si esta representación hubiera sido ofensiva para el Islam, ¿no habrían los extremistas tomado represalias de manera violenta?
No estoy seguro si fue intencional el escándalo o no, pero creo que alguien de alto rango de la organización debería disculparse con aquellos que se sintieron ofendidos en sus tradiciones y valores. Sería un acto digno y ejemplar asumir la responsabilidad por la falta de sensibilidad y recordarnos a todos que debemos pensar en las consecuencias de nuestras acciones para no dañar los intereses de los demás.
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