Nuestro mundo hace frente a muchos desafíos, crisis y fuerzas divisorias —pobreza, violencia, violaciones de los derechos humanos— que amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la armonía social entre los pueblos del mundo y dentro de sí mismos.
Para abordar estos problemas, es necesario atajar las causas que los provocan, fomentando y defendiendo la solidaridad, que puede manifestarse de muchas maneras, como por ejemplo, la amistad.
A través de la amistad, cultivando los lazos de la camaradería y fortaleciendo la confianza, podemos contribuir a los cambios fundamentales y necesarios para alcanzar una estabilidad duradera, tejer una red de apoyo social que nos proteja a todos y generar pasión por lograr un mundo mejor, todos unidos por el bien común.
ANTECEDENTES
La Asamblea General designó en 2011 el Día Internacional de la Amistad con la idea de que la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas puede inspirar iniciativas de paz y presenta una oportunidad de tender puentes entre las comunidades.
La resolución (A/RES/65/275) pone un especial énfasis en la importancia de implicar a los jóvenes y a los futuros líderes en actividades comunitarias encaminadas a fomentar la inclusión de las distintas culturas y el respeto entre ellas, promoviendo a la vez la comprensión internacional y el respeto de la diversidad.
El Día Internacional de la Amistad es una iniciativa que parte de la propuesta hecha por la UNESCO y tratada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1997 (A/RES/52/13), que definió la Cultura de Paz como un conjunto de valores, actitudes, y conductas que rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos abordando las causas profundas con el objetivo de resolverlos.
En la resolución de 1988 que proclamó el Decenio internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo (2001 – 2010) (A/RES/53/25), la Asamblea General reconoció el enorme daño y padecimiento de los niños mediante diversas formas de violencia. Destacó que la promoción de una cultura de paz y no violencia debe ser inculcada a los niños mediante la educación. Si los niños aprenden a vivir en paz y armonía, esto contribuirá al fortalecimiento de la paz y la cooperación internacionales.
La Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (A/RES/53/243) aprobada en 1999 estableció 8 líneas de acción que las naciones, organismos y personas pueden emprender para que prevalezca una cultura de paz:
– Promover una cultura de paz mediante la educación;
– Promover el desarrollo económico y social sostenible;
– Promover el respeto de todos los derechos humanos;
– Parantizar la igualdad entre las mujeres y hombres;
– Promover la participación democrática;
– Promover la comprensión, la tolerancia y la solidaridad;
– Apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de información y conocimientos;
– Promover la paz y la seguridad internacionales;
El Día Internacional de la Amistad también se fundamenta en el reconocimiento de la amistad como un sentimiento noble y valioso en la vida de los seres humanos de todo el mundo.
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