¿Se encuentra Estados Unidos, la potencia militar del planeta a las puertas de una guerra civil?, el profesor distinguido de la Facultad de Derecho de la Universidad de Tennessee, Glenn Harlan Reynolds asegura que de hecho, ya está “en marcha”.
En un escenario donde personalidades llaman a tomar las calles, congresistas piden el acoso público de funcionarios de la Casa Blanca y multitudes “hacen justicia” en los restaurantes. El catedrático afirma en un artículo publicado en USA Today, que son muchos los ciudadanos de esa nación que piensan que han sido sembradas las semillas de una nueva guerra civil.
Señala, que gran parte de la inquietud es provocada por las políticas migratorias de “cero tolerancia” impulsa por la Administración Trump.
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El profesor sostiene que incidentes como el de la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen afrontada en un restaurante la semana pasada por una multitud que interrumpió su cena al gritarle “¡Qué vergüenza!”. Protestas que se extendieron a su casa, cuando manifestantes colocaron audios de niños inmigrantes que lloraban mientras eran separados de sus padres.
Así como el caso de la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders expulsada de un restaurante por la dueña que se negó a servirle por “trabajar para el presidente”. Evidencian, de acuerdo a Reynolds y el politólogo Thomas Schaller que Estados Unidos se encuentra ante “el comienzo de una guerra civil suave”.
Posición que es avalada por el periodista Tom Ricks, quien agrega que ese país parece estar “tambaleándose” en esa dirección.
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Hostigamiento como protesta
Maxine Waters, demócrata de la Cámara de Representantes de EE. UU. y acérrima crítica del presidente, aseveró que el personal de la Administración Trump debería esperar hostigamiento en restaurantes, gasolineras e incluso ante sus hogares como forma de protesta por su política de inmigración.
Puntualizó a la multitud durante un mitín, que no debería haber “ni paz, ni descanso” para las personas responsables de que los niños sean separados de sus padres.
Las declaraciones incendiarias provocaron una serie de reacciones que van desde el apoyo abierto hasta la crítica. Algunos usuarios llegaron a tildarla de “loca” mientras que sus detractores la acusaron de “incitar disturbios”.
Hollywood contra Trump
Las celebridades se están involucrando en la polémica con llamados a los estadounidenses a tomar las calles para protestar contra las políticas de la Casa Blanca.
Peter Fonda sugirió que el hijo menor de Trump, Barron, debería ser separado de su madre Melania y puesto “en una jaula con pedófilos”.
Asimismo, llamó a los ciudadanos a “rodear las escuelas de los hijos de los funcionarios de la Administración en respuesta a la política de separación de niños”. Estos comentarios pusieron en alerta a los servicios secretos.
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Otras figuras de Hollywood han pedido protestas y cambios en la política actual. Como el actor John Cusack, quien acusó al gobierno de “fascismo” y de “torturar” a niños, mientras que el músico Serj Tankian escribió, en su cuenta en la red social Instagram que Estados Unidos está en un “retroceso total” y que es hora de una “revolución pacífica”.
Símbolos confederados en el centro del debate
En 2015 surgió el movimiento para eliminar los monumentos confederados de espacios públicos del país. En respuesta al supremacista blanco Dylann Roof mató a nueve afroamericanos que asistían a un servicio eclesiástico en Charleston. Más de 100 símbolos han sido retirados en medio de manifestaciones desde entonces.
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Algunos estadounidenses sugieren que los monumentos confederados veneran a figuras que lucharon por mantener la esclavitud, mientras que otros señalan que los símbolos representan el homenaje a los grandes patriotas.
Un debate que personifica la división política y social actual y refleja que existen en la sociedad estadounidense interpretaciones opuestas de la historia.
Medios impulsan polarización
Los Medios para aumentar sus índices de audiencia invitan a expertos que emiten opiniones polarizadas, que generan controversia. Analistas consideran que la discordia social es reproducida en las pantallas de televisión.
El profesor Reynolds califica la postura como de “indignación ensordecedora por la búsqueda de rating“. Invitó a los ciudadanos a recordar la época en la que los estadounidenses podían estar en desacuerdo sin odiarse entre sí.
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Source: El Ciudadano