Erre&ErreRedacción
La Copa Mundial de fútbol Rusia 2018 ha terminado ayer de forma extraordinaria con un partido histórico entre Francia y Croacia, selecciones que mostraron lo mejor del fútbol al mundo a lo largo de la Copa, y justamente ayer, cuando se enfrascaron en una batalla legitima por la ansiada Copa de la FIFA.
Para algunos, como para quien escribe, una sensación de nostalgia nos embarga el día de hoy puesto que habrá que esperar cuatro años mas para encontrar en el deporte que la verdadera supremacía de las naciones, en sus distintas vertientes, se puede demostrar a través de un conjuntos de reglas y normas previamente definidas; el fútbol.
Pocas cosas como la Copa del Mundo logran paralizar a las naciones, chicas o grandes, como cuando juega la selección de fútbol propia y con ello representar a su país en el exterior en una batalla leal y justa en la cancha.
Por eso se grita un gol y se llora una derrota, por las emociones desbordadas que reúnen en casas y en lugares públicos a familiares con familiares, a amigos con amigos.
La Copa Mundial de Rusia 2018 nos deja con un agradable sabor de boca porque es sin duda un fenómeno mundial que logra renovar la esperanza de un mundo en donde se habla una sola lengua sin distinciones de razas, culturas o religiones; el amor.
El amor porque permite la convivencia de ciudadanos del mundo concentrados en un solo país, compitiendo todos por alcanzar la gloria del fútbol, porque despierta a la gente que no puede viajar para ver jugar a su selección, porque las empresas se detienen para permitir a los empleados parar la carga laboral y soñar todos como aficionados. Porque las clases en las escuelas se detienen para incentivar no solo el deporte, sino el orgullo de pertenecer a una nación.
El caso de México
Rusia ha albergado una Copa histórica que ha permitido alcanzar logros individuales a diferentes selecciones del mundo que les permitirán trabajar otros cuatro años para seguir alcanzando resultados excepcionales; a México, por ejemplo, le ha dado una victoria histórica cuando venció a la aun entonces campeona defensora del mundo, Alemania.
Así, en el caso especial de México, otra lección que tendremos que aprender de los croatas, a quienes logramos vencer hace cuatro años en el Mundial de Brasil 2014 y que hoy son SubCampeones de la Copa, es que con trabajo y constancia se pueden alcanzar grandes resultados, pero sobre todo con coraje, orgullo y pasión por lo que hacemos cada uno y cada una en nuestras actividades diarias. Mientras tanto: